Lecturas de hoy lunes 19 de diciembre 2022.
Primera lectura de hoy del libro de los Jueces 13, 2-7. 24-25.
En ese tiempo vivía en Sola un hombre llamado Manoa de la tribu de Dan. Su esposa es estéril y no tiene hijos. El ángel del Señor se apareció a la mujer y le dijo: “Serás estéril y no tendrás hijos, pero de ahora en adelante no beberás vino ni vino fermentado ni comerás alimentos inmundos, porque concebirás y darás a luz hijos”. navaja toca sus cabellos, porque el niño ya del seno materno fue dado a Dios, y él comenzará a salvar a Israel de manos de los filisteos. La mujer fue y le dijo a su esposo: “Un hombre de Dios vino a mí.
Su apariencia era como un ángel de Dios, y él era aterrador. No le pregunté de dónde era, y no me dijo su nombre, pero me dijo: “Quedarás embarazada y darás a luz un niño. A partir de este momento, no debes beber vino ni bebida fermentada, ni comer nada impuro, porque este niño está consagrado a Dios desde su madre hasta el final de su vida. La mujer dio a luz un hijo que de nombre llamó Sansón. El niño creció, el Señor lo bendijo y el Espíritu del Señor comenzó a manifestarse en él.
Salmo responsorial de hoy 70,3-4a.5-6ab.16-17. Que mi boca se llene de alabanza y Tu gloria cante.
Sé una roca de refugio para ti y para mí,
Él salva mi fortaleza,
Porque tú eres mi roca y fortaleza.
Dios mío, sálvame de la mano de los impíos.
Que mi boca se llene de alabanza y Tu gloria cante.
Porque Tú, Señor, eres mi esperanza
Señor, he confiado desde niño.
Confío en ti en mi instinto
en tus manos.
Que mi boca se llene de alabanza y Tu gloria cante.
Enumeraré tus obras, mi señor;
Hablaré de tu justicia, toda tuya.
Dios mío, me enseñaste desde niño,
Hasta el día de hoy sigo hablando de tus milagros.
Evangelio de hoy 19 de diciembre 2022.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 5-25.
Durante la época del rey Herodes de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías de la tribu de Abías que se casó con Isabel, descendiente de Aarón. Ambos son justos a los ojos de Dios porque vivieron sin culpa y cumplieron los mandamientos y las normas del Señor. Pero no tuvieron hijos porque Isabella era estéril y ambos eran viejos. Un día, cuando su grupo estaba realizando deberes sacerdotales para Dios, Zacarías, conforme a la costumbre sacerdotal, entró en el santuario del Señor para quemar incienso mientras todo el pueblo oraba afuera mientras ardía.
Un ángel del Señor se le apareció de pie al lado derecho del altar del incienso. Cuando Zachary lo vio, tuvo miedo y se sintió abrumado por el miedo. Pero el ángel le dijo: Zachari, no temas, porque tu oración ha sido escuchada. Tu mujer Isabel concebirá a un hijo, y de nombre deberá de llamar Juan. Tu corazón se llenará de alegría, y muchos se regocijarán por su nacimiento, porque será grande a los ojos del Señor; no beberá vino débil ni vino fuerte, sino que será lleno del Espíritu Santo de la carne de su madre.
Él hará volver a muchos israelitas al Señor; vendrá al Señor con el espíritu y el poder de Elías, volverá el corazón de los padres hacia los hijos, y dará a los rebeldes un sentido de justicia, y así preparará para el Señor una nación que recibirá a su pueblo.Pero Zacarías hablo y respondió: “¿Cómo puedo estar tan seguro? Porque soy viejo y mi esposa es vieja”. Y El ángel le hablo y le respondió: “Yo soy Gabriel, el ayudador de Dios. Se me ha dado la orden que te hable y te anuncie los que son las buenas nuevas.
Ahora callaréis hasta el día en que esto suceda, no podréis hablar porque no escucharéis mi palabra, y sucederá a su tiempo. Mientras tanto, la gente esperaba a Zacarías, sorprendida de que hubiera estado tanto tiempo en el santuario. No podía hablar cuando se fue, y por esto se les dijo que había visto visiones en el santuario. Luego trató de hacerse entender con gestos y permaneció en silencio. Al final de sus días de servicio, regresó a casa. Poco después, su esposa Isabel quedó embarazada y no apareció durante cinco meses, diciendo: “Esta es la obra de las manos del Señor. Finalmente cedió para quitarme la culpa que me habían echado.
Comentario de la lectura de hoy:
En la lectura de hoy nos dice que cuando no hay profecía entre el pueblo de Dios, el vacío que deja lo llena el clero: es este clero el que le pregunta a Jesús: “¿Con qué autoridad haces esto? ¿Con qué legitimidad?” Y tanto el recuerdo de la promesa como la esperanza de avanzar se limitan al presente: ni el pasado ni el futuro esperanzador. Ahora es legal: si es legal, adelante. “¡Señor, que haya profetas en tu pueblo!” Todos los bautizados son profetas. “¡Señor, no olvidemos tus promesas! ¡No nos cansemos de seguir adelante! ¡No nos cerremos a la legalidad de cerrar la puerta!”.