Segunda Semana de Adviento:
Lecturas de hoy 13 de diciembre 2023.
Primera lectura de hoy del libro de ‘Isaías 40, 25-31’.
¿Con quién me compararán? ¿Quién puede competir conmigo? Esto dice el Dios de Israel: alzad los ojos y dime quién hizo las estrellas. Él es quien cuenta y despliega los ejércitos estelares. Y Él llama a todo por su nombre. El es tan fuerte, tan fuerte, Ninguno de ellos ignora su llamado. ¿Por qué dices Jacob? Israel, repite una y otra vez. Mi destino está oculto a Dios ¿Entonces mi negocio no es asunto de Dios?” ¿No lo has oído? El Señor siempre ha sido Dios.
El que creó los confines de la tierra. No está cansado, no está cansado. Su inteligencia no se puede determinar. Dale fuerza a la gente cansada. Sin poder no hay coraje. Incluso los que son jóvenes se cansan y se dan por vencidos. Incluso las personas más valientes tropiezan y caen. Y los que esperan en el Señor Renuevan sus poderes, alas como las de las águilas, corren y caminan sin cansarse. No se cansan.
Salmo responsorial de hoy 102, 1-2. 3-4. 8 y 10. Bendice, alma mía, al Señor.
Bendice, alma mía, al Señor,
y a su santo nombre todo mi existencia.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios.
Bendice, alma mía, al Señor.
Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa,
y te colma de ternura y de gracia.
Bendice, alma mía, al Señor.
El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en clemencia.
No nos trata como merecen nuestro pecados
ni nos paga según nuestras culpas.
Evangelio de hoy:
Lectura del santo evangelio según san ‘Mateo 11, 28-30’.
En ese tiempo, Jesús dijo: “Venid a mí, todos los que estáis exhaustos y agobiados por la carga, y yo los aligerare. Tomad mi yugo sobre ustedes y aprended de mí, que soy humilde y manso de corazón, y encontrareis descanso, porque mi yugo es suave y mi carga, ligera.
Reflexión sobre el Evangelio de San Mateo 11, 28-30
El pasaje del Evangelio de San Mateo 11, 28-30 nos ofrece una invitación abierta y reconfortante de Jesús a todos los que están agobiados y cargados. En un mundo lleno de estrés y ansiedad, estas palabras resuenan con un mensaje de esperanza y alivio. Jesús nos invita a “tomar su yugo”, una metáfora que nos llama a aprender de Él y seguir sus enseñanzas. El yugo, en tiempos de Jesús, era una herramienta utilizada para unir a dos bueyes y facilitar el trabajo del campo. En este contexto, el yugo de Jesús simboliza la vida cristiana y las enseñanzas que debemos llevar.
Sin embargo, Jesús nos asegura que su yugo es “suave” y su carga “ligera”. Esto no significa que la vida cristiana esté libre de desafíos o dificultades. Más bien, sugiere que, al vivir según las enseñanzas de Jesús, encontraremos un sentido de propósito y dirección que aliviará nuestras cargas.
Jesús se describe a sí mismo como “manso y humilde de corazón”, cualidades que son fundamentales para su enseñanza. La mansedumbre no es debilidad, sino la fuerza de carácter para enfrentar adversidades con calma y sin ira. La humildad, por otro lado, es el reconocimiento de nuestra dependencia de Dios.
En resumen, este pasaje del Evangelio nos llama a acercarnos a Jesús, a aprender de Él y a encontrar descanso en sus enseñanzas. Nos recuerda que, a pesar de las cargas que podamos llevar, no estamos solos. Jesús está con nosotros, ofreciéndonos su yugo suave y su carga ligera.