XIX Semana del Tiempo Ordinario:
Lecturas de hoy 14 de agosto 2023.
Primera lectura de hoy del libro del Deuteronomio 10, 12-22′.
En ese momento, Moisés dijo al pueblo: “Oh Israel, considera lo que el Señor te ha mandado: teme al Señor tu Dios, haz Su voluntad, ámalo y sirve al Señor tu Dios, obedece al Señor tu Dios con todo tu corazón . , preceptos y mandamientos os ordeno hoy para vuestro bien. De hecho, los cielos y su infinitud y la tierra y todo lo que hay en ella pertenecen al Señor tu Dios.
Sin embargo, puedes testificar que solo tus padres se unieron a tus padres en el pacto de amor, y solo tú, su descendencia, a quien él escogió de entre todas las naciones. Por tanto, no cerréis vuestro corazón ni endurezcáis vuestra cabeza, porque el Señor vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de señores, Dios grande, poderoso y temible; libre de soborno, trata con justicia a los huérfanos ya las viudas, ama al extranjero y le da pan y ropa.
Amen, pues al quién es extranjero, porque también ustedes fuisteis extranjeros en el pueblo de Egipto. Temed al Señor vuestro Dios, servidle, vivid por él y jurad por él. Él será tu honor, él será tu Dios, porque te ha hecho cosas tan terribles que has visto con tus propios ojos. Tus padres tenían setenta años cuando entraron en Egipto, y ahora Israel, el Señor tu Dios, te ha hecho una nación tan grande como las estrellas del cielo.
Salmo responsorial de hoy 147,12-13.14-15.19-20. Glorifica al Señor, Jerusalén.
Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión.
Que ha protegido los cerrojos de tus puertas,
y a tus hijos dentro de ti ha bendecido.
Glorifica al Señor, Jerusalén.
Ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.
Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz.
Glorifica al Señor, Jerusalén.
Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos.
Lectura del santo evangelio según san ‘Mateo 17, 22-27’.
En ese momento, Jesús estaba con sus discípulos en Galilea y les dijo: “El Hijo del Hombre será entregado en manos de los hombres, y lo matarán, pero al tercer día resucitará”. , los discípulos estaban muy emocionados. Cuando llegaron a Capernaum, el recaudador de impuestos vino y le preguntó a Pedro: “¿Tu maestro no pagó el impuesto?” Él respondió: “Sí, pagó”.
Tan pronto como Pedro entró en la casa, Jesús se le acercó y le preguntó: “Simón, ¿qué te parece? ¿De quién cuidan los reyes de la tierra a los hijos o a los extraños? ‘ Pedro respondió: ‘Ignorante. ‘ Jesús le dijo: ‘Por eso los niños están exentos de impuestos. Pero entonces para no causarles un mal ejemplo, dirígete al lago y tira el anzuelo, pesca el primer pez que muerda, abre la boca y ahí adentro encontrarás una moneda. ‘Tómalo y paga por mí y por ti’.
Reflexión sobre San Mateo 17, 22-27: Un Mensaje de Sacrificio y Confianza:
En el relato del Evangelio según san Mateo 17, 22-27, encontramos una profunda lección que nos habla tanto de sacrificio como de confianza en la providencia divina. Jesús, en medio de sus discípulos en Galilea, comparte con ellos la previsión de su inminente entrega en manos de los hombres, su muerte y su resurrección al tercer día. Esta profecía llena de tristeza a los discípulos, quienes se enfrentan al entendimiento de un camino marcado por el sufrimiento y la aparente derrota.
El Señor, al revelar su destino, muestra el inmenso sacrificio que está dispuesto a hacer por la humanidad. Su entrega en manos de los hombres, su muerte en la cruz, es el máximo acto de amor y redención. Aunque esta noticia afecta profundamente a sus seguidores, nos enseña que la vida cristiana no está exenta de dificultades y desafíos.
Así como los discípulos experimentan tristeza ante la perspectiva de la muerte de su Maestro, nosotros también enfrentamos momentos de desánimo y dolor en nuestra vida espiritual y personal. Sin embargo, la promesa de la resurrección nos recuerda que a través de la fe, la esperanza y la perseverancia, podemos superar cualquier adversidad.
La escena continúa en Cafarnaúm, donde Pedro es abordado por los recaudadores del impuesto para el templo. Preguntan si Jesús paga el impuesto, y Pedro, en un acto de confianza, afirma que sí. Al llegar a la casa, Jesús dialoga con Pedro, planteando una pregunta reveladora. La enseñanza aquí es sutil pero profunda: Jesús ilustra cómo los reyes de la tierra cobran impuestos a los extraños y no a sus propios hijos.
Esto nos lleva a reflexionar sobre nuestra identidad como hijos de Dios. Al ser parte de su familia, estamos exentos de las demandas del mundo que nos rodea. Sin embargo, Jesús también nos recuerda la importancia de evitar escándalos y ser sensibles a las expectativas de la sociedad en la que vivimos.
La instrucción final de Jesús a Pedro sobre el pez milagroso que contiene una moneda simboliza la asombrosa provisión de Dios. Aquí encontramos el llamado a confiar plenamente en la providencia divina, a pesar de las preocupaciones y necesidades materiales. Dios proveerá de maneras que a menudo superan nuestra comprensión y expectativas. Esta historia nos anima a confiar en que, a pesar de las apariencias, Dios siempre está a nuestro lado, guiándonos, sosteniéndonos y proveyendo para nuestras necesidades.
En conjunto, este pasaje nos invita a enfrentar los desafíos de la vida con la confianza en la obra redentora de Cristo y la seguridad de que Dios siempre cuida de sus hijos. Nos recuerda que, aunque el camino pueda ser difícil y desconcertante en ocasiones, nuestro Salvador camina con nosotros, guiándonos hacia la esperanza y la resurrección final.