Evangelio Del Día Lecturas de hoy 15 de mayo 2024

Lecturas de hoy 15 de mayo 2024

por LaFeCatolica

Séptima Semana de Pascua:
Lecturas de hoy 15 de mayo 2024.
Primera lectura de hoy del libro de los Hechos de los ‘apóstoles 20, 28-38’.

En aquellos días, san Pablo decía a los sacerdotes de la comunidad cristiana de Éfeso: “Tened cuidado y cuidad de todo el rebaño que el Espíritu Santo os ha dado para alimentar y alimentar, la Iglesia que Dios compró con la sangre de su Hijo. Sé que después de mi partida entrarán entre vosotros lobos rapaces que no tendrán piedad del rebaño, y sé que aparecerán entre vosotros los que predican falsas enseñanzas y atraen a los leales a seguirlas.

Por eso ten cuidado. Recordad que desde hace tres años, ni de noche ni de día, no he dejado de avisar a cada uno de vosotros, con lágrimas en los ojos. Os encomiendo ahora a Dios y a su Palabra salvadora, que tiene el poder de ayudar a todos los que están consagrados a Dios a crecer en espíritu y recibir la herencia prometida. No codicio el oro, ni la plata, ni la ropa de nadie. Sabían bien que todo lo que necesitaba para mí y mis compañeros lo tenía con mis propias manos.

Demuestren siempre que debemos actuar de esta manera, para ayudar a los necesitados como debemos, recordando las palabras de Jesús: “Más bienaventurado es dar que recibir”. Cuando terminó de hablar, se arrodilló para orar con todos. Todos empezaron a llorar, a abrazarse y a besarse, y Pablo estaba especialmente triste porque les dijo que nunca más lo volverían a ver. Y todos se unieron a él a bordo.


Salmo responsorial de hoy. 67, 29-30. 33-35a. 35bc y 36d. Reyes de la tierra, cantad a Dios.

Oh, Dios, despliega tu poder,
oh, Señor, tu poder, que actúa en favor nuestro.
A tu templo de Jerusalén
traigan los reyes su tributo.
Reyes de la tierra, cantad a Dios.
Reyes de la tierra, cantad a Dios,
tocad para el Señor, tocad para Dios,
que avanza por los cielos, los cielos antiquísimos;
que lanza su voz, su voz poderosa.
«Reconoced el poder de Dios».
Reyes de la tierra, cantad a Dios.
Sobre Israel resplandece su majestad,
y su poder sobre las nubes.
¡Dios sea bendito!


Evangelio de hoy:
Lectura del santo evangelio según san ‘Juan 17, 11-19’.

En aquel tiempo, Jesús levantó los ojos al cielo y dijo: “Padre santo, cuida en tu nombre a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros. Cuando me encontraba con ellos, yo en tu nombre guardaba a los que me diste; por ellos yo velaba y ninguno de ellos se perdió, salvo del que tenía que perderse, para que se cumpliera la Escritura. Pero ahora vengo a vosotros, y mientras aún estoy en el mundo hablo estas cosas para que en ellas mi gozo sea completo.

Les he dado Tu Palabra y el mundo los odia porque no son del mundo así como yo no soy del mundo. No le pido que lo elimine del mundo, pero no hay maldad. No son un ser humano, y yo no soy un científico. Santifícalos en la verdad. Tus palabras son la verdad. Así como tú me enviaste al mundo, así también yo te envié al mundo. Me dedico a ellos para que ellos también sean santos en la verdad.


Reflexión del evangelio de Juan 17, 11-19:

En este pasaje del Evangelio según San Juan, Jesús revela su profunda preocupación por aquellos que le han sido confiados por el Padre. Al elevar sus ojos al cielo, implora al Padre Santo que los proteja en unidad, así como él mismo velaba por ellos mientras estaba presente en la tierra. Esta oración revela la íntima relación entre Jesús y sus discípulos, una relación que trasciende lo terrenal y se funda en la voluntad divina.

Jesús reconoce la inevitabilidad de la separación física, pero busca que la plenitud de su gozo resida en aquellos que ha enseñado y preparado para continuar su obra en el mundo. Consciente de la hostilidad del mundo hacia la verdad que él representa, pide al Padre que los proteja del mal sin apartarlos de su entorno, pues entiende que su misión es transformar el mundo desde adentro.

La petición de Jesús de santificar a sus discípulos en la verdad resalta la importancia de la palabra divina como fundamento de la vida cristiana. Al igual que él fue enviado al mundo por el Padre, envía a sus seguidores con la misma misión de llevar la verdad y la luz a aquellos que están inmersos en la oscuridad del mundo.

Esta reflexión nos invita a considerar la importancia de permanecer fieles a la verdad y al llamado divino, incluso en medio de la adversidad y la oposición. Nos recuerda que, al igual que los discípulos de Jesús, estamos llamados a ser santificados en la verdad y a llevar esa verdad al mundo que nos rodea, siendo testigos vivos del amor y la gracia de Dios.

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