Segunda semana del Tiempo Ordinario:
Lecturas de hoy 17 de enero 2024.
Primera lectura de hoy del primer libro de ‘Samuel 17, 32-51’.
En esos días, Saúl envió un mensajero a David, diciendo: ‘No dejéis que nadie te quiebre el corazón por su culpa’. ‘Tu siervo irá a la pelea con ese filisteo’. Pero Saúl respondió: “No se puede luchar contra este filisteo”. Aún eres joven y él ha sido un guerrero desde pequeño. David añadió: ‘El Señor, que me salvó de las garras del osos y del león’, y de la mano del filisteo me librará. Entonces Saúl le dijo: “Ve, el Señor esté contigo”. Tomó su cayado, tomó cinco piedras lisas del río, las puso en su bolsa de pastor y en su alforja, y se dirigió hacia el filisteo con la honda en la mano.
Los armeros filisteos se acercaron a David. Cuando vio a David, lo miró con desprecio. Porque vio que era joven, guapo y guapo. El filisteo le dijo: “¿Me convertiste en un perro para poder atacarme con un garrote?” Maldijo a David a través de sus dioses. El filisteo continuó: Aproxímate, y lanzare tu carne a las bestias del campo y a las aves del cielo. David le respondió. “Has venido contra mí con espada, lanza y jabalina; pero yo vengo contra vosotros en el nombre del Señor Todopoderoso, Dios de los ejércitos de Israel, a quien vosotros habéis desafiado.
En este día el Señor os entregará en mi mano, y os heriré y cortaré vuestras cabezas, y daré vuestra carne y la carne de los filisteos a las fieras del campo y a las aves del cielo’. Entonces toda la tierra sabrá que el Dios de Israel existe. Todos los que están aquí saben que el Señor no salva con espada ni con lanza; La batalla es del Señor, y Él os entregará en nuestras manos.
Cuando el filisteo salió y se acercó a David, David corrió delante de él en el campo de batalla. David metió la mano en su bolsillo, sacó una piedra y la arrojó, golpeando al filisteo en la frente. Una piedra lo golpeó en la frente y cayó al suelo. Entonces David derrotó a los filisteos con hondas y piedras. Lo mataron a golpes sin un cuchillo en la mano. David corrió y se detuvo junto al filisteo. Sacó su espada, la desenvainó y con ella le cortó la cabeza. Los filisteos huyeron y vieron muerto a su guerrero.
Salmo responsorial de hoy 143, 1. 2. 9-10. ¡Bendito el Señor, mí alcázar!
Bendito el Señor, mi Roca,
que adiestra mis manos para el combate,
mis dedos para la pelea.
¡Bendito el Señor, mí alcázar!
Mi bienhechor, mi alcázar,
baluarte donde me pongo a salvo,
mi escudo y refugio,
que me somete los pueblos.
¡Bendito el Señor, mí alcázar!
Dios mío, te cantaré un cántico nuevo,
y el arpa de diez cuerdas tocaré para ti:
para ti que a los reyes das la victoria,
y a tu siervo David salvas, de la espada maligna.
Evangelio de hoy:
Lectura del santo evangelio según san ‘Marcos 3, 1-6’.
En ese tiempo, Jesús entró en la sinagoga y allí estaba sentado un hombre con una mano tullida. Los fariseos siguieron a Jesús el sábado para ver si estaba sano y acusarlo. Dijo Jesús al paralítico: ‘Levántate y ponte en medio’. Luego les preguntó: “¿Qué podemos hacer en sábado, bueno o malo?” preguntó. ¿Se puede salvar la vida de una persona en sábado o debe dejarse a su suerte? Ellos guardaron silencio. Entonces los miró con ira y tristeza porque no entendían y le dijo al hombre: “Extiende tu corazón. mano”. Fue sanado y su mano fue sanada. Entonces los fariseos fueron y trataron de matar a Jesús y a los compañeros de Herodes.
Reflexión del evangelio de san Marcos 3, 1-6:
Este pasaje del evangelio según San Marcos 3, 1-6 nos presenta una reflexión profunda sobre la misericordia, la justicia y la comprensión. Jesús, al entrar en la sinagoga, se encuentra con un hombre con una mano tullida. A pesar de que los fariseos lo estaban vigilando para ver si violaba la ley del sábado, Jesús elige hacer el bien y curar al hombre. Aquí, Jesús desafía la interpretación estricta de la ley del sábado, poniendo el bienestar humano por encima de las reglas religiosas.
La pregunta que Jesús plantea: “¿Qué es lo que está permitido hacer en sábado, el bien o el mal? ¿Se le puede salvar la vida a un hombre en sábado o hay que dejarlo morir?” es un llamado a la reflexión sobre nuestras propias acciones y decisiones. Nos invita a considerar si nuestras acciones están guiadas por el amor y la compasión, o si estamos atrapados en una interpretación rígida de las reglas y regulaciones.
La ira y la tristeza de Jesús ante el silencio de los fariseos reflejan su frustración con aquellos que no pueden ver más allá de la letra de la ley para entender su espíritu. La curación del hombre es un acto de desafío, pero también un acto de amor y misericordia.
Finalmente, la reacción de los fariseos, que comienzan a conspirar con los herodianos para matar a Jesús, muestra la amenaza que Jesús representaba para el orden establecido. Su mensaje de amor y misericordia, y su desafío a las interpretaciones rígidas de la ley, eran vistos como una amenaza por aquellos que se beneficiaban del status quo.
En resumen, este pasaje nos invita a reflexionar sobre nuestras propias actitudes hacia las reglas y regulaciones, y a considerar si estamos poniendo el bienestar humano en el centro de nuestras decisiones. También nos desafía a ser valientes en la defensa de la justicia y la misericordia, incluso cuando eso pueda amenazar el orden establecido.