Lecturas de hoy 17 de junio 2023.
Primera lectura de hoy de la segunda carta del apóstol san Pablo a los ‘Corintios 5, 14-21’.
Hermanos: El amor de Cristo nos hace pensar que si uno muere por todos, entonces todos mueren. ‘Nuestro Cristo murió por todos vosotros’, ‘para que los que viváis, ya no viváis para vosotros’, ‘sino para que aquel que murió por vosotros y resucitó por vosotros’. Así que ya no juzgamos a nadie por los estándares humanos. Si alguna vez juzgamos a Cristo por tales estándares, ya no lo hacemos. Un hombre que vive según Cristo es una nueva creación; Para él todo lo viejo se ha ido, todo es nuevo.
‘Esto es proveniente de Dios’, ‘quien por medio de Cristo nos perdono consigo mismo’, y quien otorgo el ministerio de la reconciliación. Porque verdaderamente, en Cristo, Dios reconcilió al mundo consigo mismo, poniendo atención al pecado humano y confiándonos el mensaje de la reconciliación. Por tanto, somos mensajeros de Cristo, ya través de nosotros Dios mismo os anima. En el nombre de nuestro Cristo, les suplicamos que se reconcilien con Dios. Aquel que nunca pecó, Dios lo hizo “pecado” por nosotros, para que pudiéramos unirnos a Él, recibir la salvación de Dios y convertirnos en personas justas y santas.
Salmo responsorial de hoy 102, 1-2. 3-4. 8-9. 11-12. El Señor es compasivo y misericordioso.
Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios.
El Señor es compasivo y misericordioso.
Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa
y te colma de gracia y de afecto.
El Señor es compasivo y misericordioso.
El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la rabia y rico en bondad.
No está siempre acusando
ni guarda rencor perpetuo.
El Señor es compasivo y misericordioso.
Como se sube el cielo encima de la tierra,
se alza su misericordia sobre los que lo temen;
como dista el oriente del ocaso,
así aleja de nosotros nuestros delitos.
Lectura del santo evangelio según san ‘Lucas 2, 41-51’.
Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén para celebrar la Pascua. Cuando los niños tenían doce años, fueron a una fiesta por costumbre. Después de estos días volvieron, pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, y sus padres no lo sabían. Creen que estaba en una caravana y había estado caminando durante un día. Lo buscaron pero no lo encontraron, así que regresaron a Jerusalén para encontrarlo. Al tercer día lo encontraron en el templo, sentado entre los doctores y escuchando y haciendo preguntas.
Todos los que lo escuchaban se asombraban de su mente y sus respuestas. Cuando sus padres lo vieron, sus padres quedaron atónitos. Le dijo su madre: ‘Hijo mío’, ‘¿Por qué nos has tratado así?’ ‘Vuestro padre y yo te anduvimos buscando’. ‘Él les replico’: “¿Qué queréis de mí? ¿No sabéis que debo estar ocupado en los negocios de mi Padre? No entienden la respuesta que les disteis. Luego regresó con ellos a Nazaret y continuó sometiéndose a su gobierno. Su madre lo asimilaba todo.
Reflexión del pasaje del evangelio según san Lucas 2, 41-51:
En el evangelio de hoy relata la historia de los padres de Jesús, quienes solían ir a Jerusalén cada año para celebrar las festividades de la Pascua. En esta ocasión, Jesús tenía doce años y, después de la festividad, regresaron a su hogar, pero Jesús decidió quedarse en Jerusalén sin que sus padres lo supieran. Sus padres, al notar su ausencia, regresaron a Jerusalén en busca de él, y después de tres días lo encontraron en el templo, sentado entre los doctores, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que lo escuchaban quedaban admirados por su inteligencia y sus respuestas.
Al ver a Jesús, sus padres quedaron asombrados y su madre le reprochó por haberlos preocupado de esa manera. Jesús respondió diciendo: “¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que debo ocuparme en las cosas de mi Padre?”. Aunque sus padres no entendieron completamente su respuesta, volvieron con él a Nazaret y Jesús siguió bajo su autoridad. Su madre, María, conservaba en su corazón todas estas cosas.
Este pasaje del evangelio nos invita a reflexionar sobre varios aspectos. En primer lugar, muestra la obediencia de Jesús a su Padre celestial y su dedicación a las cosas de Dios, incluso desde temprana edad. Aunque sus padres terrenales no comprendieron completamente su respuesta, Jesús les mostró su compromiso con la voluntad divina.
Además, podemos reflexionar sobre la preocupación y angustia de los padres de Jesús al buscarlo y no encontrarlo. Es natural que los padres se preocupen por el bienestar y la seguridad de sus hijos, y esta experiencia de búsqueda refleja la relación íntima entre María, José y Jesús.
También podemos notar el asombro de aquellos que escucharon a Jesús en el templo. Su sabiduría y sus respuestas revelaron su profundo conocimiento y comprensión de la Palabra de Dios.
En nuestra vida diaria, podemos encontrar inspiración en este pasaje del evangelio. Nos desafía a ser fieles a la voluntad de Dios y a buscar su presencia en nuestras vidas. Nos recuerda la importancia de la obediencia y el compromiso con las cosas de Dios, así como el papel de la familia en apoyarse mutuamente en el camino de la fe.
Por último, podemos aprender de María, quien guardaba todas estas cosas en su corazón. Nos invita a meditar y reflexionar sobre las enseñanzas y experiencias que encontramos en nuestro camino espiritual, y a guardarlas en nuestro corazón como María lo hizo.
En resumen, el pasaje del evangelio según san Lucas 2, 41-51 nos brinda valiosas lecciones sobre la obediencia, la búsqueda de la voluntad de Dios, la importancia de la familia y la reflexión sobre las enseñanzas divinas. Que podamos seguir el ejemplo de Jesús y María en nuestras vidas, buscando siempre a Dios y conservando en nuestro corazón las experiencias que nos acercan a Él.