XV semana del Tiempo Ordinario:
Lecturas de hoy 22 de julio 2023.
Primera lectura de hoy del libro del Cantar de los ‘Cantares 3, 1-4b’.
Esto dijo la esposa: ‘En mi catre, por las noches, a mi amado yo lo estaba buscando’. Y lo busqué, pero entonces fue en vano no lo encontré. Me levantaré. Por todas las plazas y barrios rodee y también en la ciudad buscaré al amor de mi alma. Lo busqué, pero no lo encontré. Y los guardias de la ciudad me encontraron, y les dije: ‘¿Qué no miraron a aquel que mi alma ama?’ Y tan pronto que se fueron, encontré al amor de mi alma’.
Salmo responsorial de hoy 62, 2. 3-4. 5-6. 8-9. Mi corazón está sedienta de ti, Dios mío.
Tú eres mi Dios, Oh Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
Mi corazón está sedienta de ti, Dios mío.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Mi corazón está sedienta de ti, Dios mío.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me colmare como de fuerza y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos.
Mi corazón está sedienta de ti, Dios mío.
Porque fuiste mi auxilio,
y a la oscuridad de tus alas canto con júbilo.
Mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Lectura del santo evangelio según san ‘Juan 20, 1-2. 11-18’.
El día primero posteriormente del día sábado, ‘María la Magdalena se encaminó al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro y vio que estaba removido la piedra que cerraban la tumba’. Entonces se dirigió a prisa corriendo a la casa donde se encontraban Simón Pedro y también el otro discípulo a quien amaba Jesús, y les dijo: ‘Del sepulcro se han llevado al Señor’, ‘y no tenemos idea a dónde lo han puesto’.
María llora ante la tumba de Jesús. Todavía llorando, miró dentro de la tumba y vio a dos ángeles vestidos de blanco sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabeza y otro a los pies. Entonces le preguntaron los ángeles: ‘Mujer’, ‘¿Por qué lloras?’ Ella les respondió: ‘Porque a mi Señor se lo han llevado, y pues no sé dónde lo han puesto’. Mientras seguía hablando, vio hacia atrás y entonces miro a Jesús allí de pie, pero no sabía que era Jesús.
Entonces él le dijo: “Mujer, ¿por qué lloras? ¿Qué buscas?”. ‘Ella creía que era el hortelano y le responde’: “Señor”, ‘si tu eres quien se lo a llevado, dígame dónde lo tiene y yo misma lo recogeré’. Jesús le dijo: ¡María! Se volvió y gritó: “¡Rabbuni!”, que significa “Maestro” en hebreo. Le dijo Jesús: ‘No me interrumpas, ‘porque aún no he subido hacia el Padre’. Vallan y decid a mis hermanos: ‘Subo hacia mi Padre y su Padre, a mi Dios y su Dios’. María Magdalena se en camino hacia los discípulos, y les dijo que había mirado al Señor y les dio su mensaje.
Reflexión sobre el Evangelio según San Juan 20, 1-2. 11-18:
En este pasaje del Evangelio según San Juan, se narra el encuentro de María Magdalena con Jesús resucitado en el sepulcro. Es un relato lleno de emociones y significado, que nos invita a profundizar en nuestra fe y a comprender la importancia de la Resurrección de Jesús en nuestras vidas.
El texto comienza con María Magdalena yendo al sepulcro de Jesús temprano en la mañana, encontrándolo abierto y vacío. Con angustia y preocupación, corre a buscar a Pedro y al discípulo amado para informarles que han robado el cuerpo de su Señor. María, llena de tristeza, no sabe dónde han puesto a Jesús y su corazón se inunda de dolor.
Sin embargo, en su búsqueda de Jesús, María tiene un encuentro con dos ángeles vestidos de blanco, quienes le preguntan por qué está llorando. Es interesante notar que a pesar de la presencia de los ángeles, María no se queda consolada. Su anhelo sigue siendo encontrar a Jesús, a quien ella piensa que es el jardinero en ese momento.
Es entonces cuando Jesús mismo se revela a María, llamándola por su nombre. En ese instante, ella lo reconoce y se da cuenta de que ha resucitado. Jesús le pide que no lo retenga, ya que aún no ha subido al Padre, pero la envía a anunciar la Buena Nueva a los discípulos.
Esta historia es un recordatorio del profundo amor y cercanía que Jesús tiene con cada uno de nosotros. A veces, al igual que María, podemos sentirnos perdidos, tristes y desorientados, buscando respuestas en lugares equivocados. Pero, como ella, también podemos experimentar ese encuentro transformador con Jesús, donde Él nos llama por nuestro nombre y nos llena de esperanza y alegría.
La Resurrección de Jesús nos invita a dejar atrás nuestras tristezas y angustias, a tener fe en Su presencia en medio de nuestras dificultades y a llevar Su mensaje de amor y esperanza a los demás. María Magdalena, como la primera testigo de la Resurrección, se convierte en un ejemplo de perseverancia en la búsqueda de Cristo y de valentía al compartir la Buena Nueva con los demás.
En este día, recordemos la importancia de estar atentos a las señales de Dios en nuestras vidas, incluso en los momentos más oscuros. Que podamos aprender de María Magdalena a no desfallecer en nuestra fe, a buscar a Jesús con un corazón sincero y a proclamar Su Resurrección con alegría y valentía. Que Su presencia en nuestras vidas nos llene de paz y nos motive a ser testigos vivos de Su amor para el mundo.