Lecturas de hoy 25 de marzo 2023.
Primera lectura de hoy del libro de “Isaías 7, 10-14”.
En aquellos días el Señor dijo a Ajaz: “Por favor, Señor tu Dios, te dé una señal desde abajo, desde las profundidades, o desde arriba, desde las alturas”. Ajaz respondió: “No exigiré. No tentaré al Señor.” Isaías hablo y dijo: “Morada de David, oídme: ustedes estáis cansados de los hombres y descontentos, ¿Entonces también ustedes estaréis cansados de mi Dios? Entonces el Señor mismo les dio una señal: He aquí, la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamarán Emanuel, que significa Dios con nosotros.
Salmo responsorial de hoy 39, 7-8a. 8b-9. 10. 11. Señor, aquí estoy, para hacer tu voluntad.
Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides holocaustos ni sacrificios expiatorios,
entonces yo digo: Aquí estoy.
Señor, aquí estoy, para hacer tu voluntad.
Como está escrito en mi libro
para hacer tu voluntad.
Llevo tu ley en las entrañas y lo quiero, Dios mío.
Señor, aquí estoy, para hacer tu voluntad.
He proclamado tu salvación
ante la gran asamblea;
Señor no he sellado los labios, tú lo sabes.
Señor, aquí estoy, para hacer tu voluntad.
En el pecho no me he guardado tu justicia,
he contado tu fidelidad y tu salvación,
tu indulgencia y tu lealtad no he negado
ante la gran asamblea.
Segunda lectura de hoy de la carta a los “Hebreos 10, 4-10”.
Hermanos: lo que es la sangre de toros, machos y los cabríos no puede lavar lo que son pecados. Por eso Cristo vino al mundo y dijo según el salmo: No tienes sacrificio ni sacrificio, sino que me has dado carne. No te gustan las masacres ni las ofrendas por el pecado, y dije, porque la Biblia se aplica a mí, “Dios mío, estoy aquí, he venido a hacer tu voluntad”.
Comienza diciendo: No queréis víctimas ni sacrificios, no queréis masacres ni reconciliaciones -la ley lo exige-, luego añade: He aquí, Dios mío, vengo a hacer Tu voluntad. Por esto Cristo abolió los antiguos sacrificios e instituyó otros nuevos. Por esta voluntad somos todos bendecidos por el sacrificio de la carne de Jesucristo, una vez creado.
Lectura del santo evangelio según san “Lucas 1, 26-38”.
En aquel período, el Ángel Gabriel fue misionero por Dios y fue enviado a la localidad de Galilea, a una ciudad llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre de la estirpe de David, que tiene de nombre José. La virgen de nombre María. Entró el Ángel a en donde ella se encontraba y le dijo Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. Al oír estas palabras, ella se preocupó cuantioso y se preguntaba qué querría decir esas semejantes palabras. El Ángel le hablo y dijo No temas, María, porque has hallado la gracia de Dios Padre.
A luz vas a dar un hijo y de nombre pondrás Jesús. Él será grandísimo y será llamado Hijo del Altísimo; el Señor Eterno le otorgara el trono de David, quien es su padre, y entonces él gobernara sobre la morada de Jacob por los siglos y su gobernanza no tendrá ningún fin”. María le hablo y dijo entonces al ángel: “¿Y cómo podrá ser esto, posible que yo misma permanezca virgen?” Y entonces El ángel le replico: “Sobre ti El Espíritu Santo descenderá y el poder del Altísimo te cubrirá con su Inmensa sombra.
Por eso, el Santo, que nacerá de ti, De nombre será llamado Hijo de Dios. A tu parienta Isabel ahí tienes, que aunque por su vejez, ha concebido a un hijo y ya esta por el sexto mes la que le decían estéril, porque para Dios no existe ningún imposible para El”. y entonces María replico: “La sierva del Señor Yo soy; que se cumpla en mí lo que as dicho”. Y entonces el ángel se desvaneció de su presencia.
Reflexión del evangelio de hoy:
El Evangelio de hoy relata el momento en que el ángel Gabriel se aparece a María para anunciarle que concebirá y dará a luz a Jesús, el Hijo de Dios. María, una joven virgen, se sorprende y se pregunta cómo es posible que esto suceda. Pero el ángel le asegura que esto ocurrirá por la gracia y el poder de Dios.
La respuesta de María a este anuncio es impresionante. En lugar de dudar o negarse, acepta la voluntad de Dios y se convierte en su sierva. Su humildad y fe son ejemplos a seguir para todos nosotros.
Este pasaje nos recuerda que Dios puede obrar maravillas en nuestras vidas si confiamos en Él y estamos dispuestos a seguir su voluntad. A menudo, nos aferramos a nuestro propio plan y no dejamos espacio para la voluntad de Dios. Pero si abrimos nuestros corazones a Él y le permitimos actuar en nuestras vidas, Él puede hacer cosas que nunca imaginamos posibles.
Como María, debemos estar dispuestos a decir “sí” a Dios y seguir su voluntad, incluso si no entendemos completamente lo que eso implica. Debemos confiar en que Dios tiene un plan para nosotros y que su plan es el mejor para nuestras vidas.
En este tiempo de Cuaresma, es importante recordar que debemos vaciarnos de nosotros mismos y permitir que Dios actúe en nuestras vidas. Debemos ser humildes y confiar en que Él puede obrar maravillas en nosotros si estamos dispuestos a seguir su voluntad.