Homilía I de Adviento:
Lecturas de hoy 3 de diciembre 2023.
Primera lectura de hoy del libro de ‘Isaías 63, 16b-17. 19b; 64, 2b-7’.
Señor, tú eres nuestro Padre y Salvador. Este será tu nombre para siempre. Señor, ¿por qué nos has alejado de ti? dominio Y fortalece nuestros corazones ¿Hasta en un punto en la cual ya no tenga miedo? regresa por el amor de tus siervos. Regresa con tus tribus, rompe el cielo y desciende. Las montañas tiemblan ante ti. Cuando bajaste, las montañas temblaron a tu lado. Esta es una persona de la que nunca he oído hablar ni visto. dios aparte de ti. Que hagan lo mismo los que esperan en él.
Se encontrará con. Una persona que disfruta de la justicia. Y no olvides tus mandamientos. Estás enojado porque he pecado. Y siempre estuve en tu contra. todos estábamos inmundos. Nuestra justicia es como trapos de inmundicia. Todos nos marchitamos como hojas Nuestros errores nos llevan como el viento, nadie dice tu nombre. No hay nadie que te proteja. Porque nos ocultaste tu rostro. Y nos dejas perdonar nuestros errores. Pero Señor, tú eres nuestro Padre. Nosotros somos el barro y tú eres la vasija. Todos somos tus amos.
Salmo responsorial de hoy 79, 2ac y 3b. 15-16. 18-19. Oh, Dios, renuévanos, que ilumine tu rostro y nos salve.
Pastor de Israel, escucha;
tú que te sientas sobre querubines, resplandece;
despierta tu poder y ven a salvarnos.
Oh, Dios, renuévanos, que ilumine tu rostro y nos salve.
Dios de los ejércitos, vuélvete:
mira desde el cielo, fíjate,
ven a visitar tu viña.
Cuida la cepa que tu diestra plantó,
y al hijo del hombre que tú has consolidado.
Oh, Dios, renuévanos, que ilumine tu rostro y nos salve.
Que tu mano proteja a tu escogido,
al hombre que tú fortaleciste.
No nos alejaremos de ti:
danos vida, para que invoquemos tu nombre.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los ‘Corintios 1, 3-9’.
Hermanos: Os deseamos gracia y paz de parte de Dios nuestro Padre celestial y de Cristo Jesús el Señor. Doy siempre gracias a mi Dios por los dones divinos que os ha dado por medio de Cristo Jesús, porque por él os ha enriquecido en todo lo que es palabra y ciencia, porque hemos dado testimonio de Cristo. Fortaleced vuestro espíritu para que no os falten dones en la espera de la venida de nuestro Señor Jesucristo. Los mantendrá irreprensibles hasta el fin, hasta el día de su venida. Es Dios quien os llama a estar unidos a su Hijo Jesucristo, y Dios es fiel.
Evangelio de hoy:
Lectura del santo evangelio según san ‘Marcos 13, 33-37’.
En ese tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: ‘velad y estéis preparados, porque no sabéis cuándo el momento llegue. Así como un hombre que se va de viaje, deja su morada y encomienda a cada uno lo que debe hacer y encarga al portero que vele, así también velad ustedes, pues no sabéis a qué hora va a volver el dueño de la morada: si al anochecer, a la medianoche, al canto del gallo o a la madrugada. No vaya a suceder que aparezca de repente y los encuentre durmiendo. Lo que yo os digo a ustedes, lo digo para todos vosotros: permanezcan alerta.
Reflexión del evangelio de san Marcos 13, 33-37:
La lectura del santo evangelio según san Marcos 13, 33-37, nos ofrece una reflexión profunda sobre la importancia de la vigilancia y la preparación. En este pasaje, Jesús insta a sus discípulos a estar siempre alerta y preparados, ya que no saben cuándo llegará el momento de su regreso.
Esta enseñanza puede interpretarse en un contexto más amplio, más allá de la esfera religiosa. En la vida cotidiana, a menudo nos enfrentamos a situaciones imprevistas. Al igual que el dueño de la casa que puede regresar en cualquier momento, la vida puede sorprendernos con cambios repentinos. Por lo tanto, es esencial estar siempre preparados y alerta.
Además, el pasaje también enfatiza la responsabilidad individual. Cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar, al igual que cada sirviente en la casa tiene una tarea asignada. Al estar alerta y cumplir con nuestras responsabilidades, podemos manejar mejor los cambios inesperados.
En resumen, el evangelio de Marcos 13, 33-37 nos invita a vivir en un estado de constante vigilancia y preparación, aceptando nuestras responsabilidades y estando listos para adaptarnos a los cambios. Esta es una lección valiosa que todos podemos aplicar en nuestras vidas diarias.