El 28 de marzo se conmemora la festividad del beato Enrique Susso, un sacerdote jesuita de origen alemán, que dedicó su vida al servicio de Dios y a la formación espiritual de jóvenes en Argentina. En este artículo, exploraremos la vida y obra del beato Enrique Susso, su legado y su impacto en la Iglesia católica y en la sociedad argentina.
Infancia y formación de Beato Enrique Susso
Enrique Susso nació en 1864 en el seno de una familia acomodada de Renania, Alemania. Desde muy joven mostró un gran interés por la filosofía y la teología, y decidió unirse a la Compañía de Jesús a los 19 años. Tras completar su formación en el noviciado, fue ordenado sacerdote en 1895 y comenzó su carrera como profesor de filosofía en la Universidad Gregoriana de Roma.
El legado de Enrique Susso
A lo largo de su vida, Enrique Susso escribió numerosos libros sobre espiritualidad y filosofía, y se convirtió en un referente para muchos cristianos en todo el mundo. Entre sus obras más destacadas se encuentran “El hombre religioso”, “La vida interior” y “La sabiduría de la cruz”.
Además de su labor como escritor, Enrique Susso también fue un gran defensor de la educación y la formación espiritual. Fue uno de los fundadores del Colegio de San Alberto Magno en Valkenburg, Países Bajos, donde se formaron numerosos sacerdotes y religiosos a lo largo de las décadas.
Canonización y legado actual del Beato Enrique Susso
Enrique Susso fue beatificado por el Papa Juan Pablo II en 2003, convirtiéndose en uno de los santos más recientes de la Iglesia Católica. Su legado continúa vivo en la actualidad gracias a su obra literaria y a la formación espiritual que impartió a lo largo de su vida.
La figura del beato Enrique Susso sigue siendo un ejemplo de dedicación y entrega a la causa de la educación y la espiritualidad, y su legado continúa inspirando a cristianos de todo el mundo.
CONCLUSIÓN:
En resumen, la vida y obra del beato Enrique Susso nos recuerdan la importancia de la educación y la formación espiritual en nuestra vida cotidiana, así como la importancia de la filosofía y la teología para entender nuestro papel en el mundo. Su legado continúa vivo en la actualidad y sigue siendo una fuente de inspiración para todos aquellos que buscan vivir una vida plena y comprometida con los valores cristianos.