Lecturas de hoy viernes 18 de noviembre 2022.
Primera lectura del libro del Apocalipsis 10, 8-11.
Yo, Juan, volví a oír la voz que me había hablado desde el cielo, diciéndome: “Ve y toma el librito que está abierto, que está en la mano del ángel y que se encuentra de pie encima del mar y sobre la tierra.” Me volví hacia el ángel y Yo que le pedí que me diera el librito. Me dijo: “Toma y come. Será dulce como la miel en tu boca, pero será amargo en tu corazón”.
Y Yo agarre el libro del ángel y entonces me lo comí. Sabía dulce como la miel en mi boca, pero cuando lo tragué, sentí amargura en mis entrañas. Entonces la voz me hablo y me dijo: “Y tendrás que proclamar de nuevamente lo que Dios ha dicho a muchos de sus pueblos, naciones y a los reyes”.
Salmo responsorial de hoy 118, 14. 24. 72. 103. 111. 131. ¡Señor, qué dulces son tus promesas!
El camino de tus mandamientos es mi delicia,
mejor que toda riqueza.
¡Señor, qué dulces son tus promesas!
Tus mandamientos son mi delicia,
Tus enseñanzas son mis consejeras.
¡Señor, qué dulces son tus promesas!
Aprecio más las reglas en tu boca
Mejor que miles de monedas de oro y plata.
¡Señor, qué dulces son tus promesas!
Qué dulces saben tus promesas:
¡Más que miel en tu boca!
¡Señor, qué dulces son tus promesas!
Tus mandamientos son mi herencia para siempre,
la alegría de mi corazón.
¡Señor, qué dulces son tus promesas!
Abro la boca para respirar
mucho tiempo para su oferta.
Evangelio de hoy 18 de noviembre 2022.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 19, 45-48.
Aquel día entró Jesús en el templo y comenzó a echar fuera a los que estaban de compras allí, diciéndoles: Escrito está: Mi casa es casa de oración, mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones. Y entonces Jesús todos los días enseñaba en el templo. El sumo sacerdote, los escribas y los principales del pueblo querían matarlo, pero no pudieron encontrar la manera porque todo el pueblo lo escuchaba.
Comentario de la lectura de hoy:
En la lectura del día de hoy nos da a entender que ¡Donde está presente Jesús, no abra lugar para la mundanalidad, no hay lugar para la corrupción! Esta es la batalla de cada uno de nosotros, y es la batalla de la iglesia todos los días: ser siempre Jesús, estar siempre con Jesús, estar siempre en sus labios, escuchar sus palabras; nunca busques seguridad donde están las cosas de otros amos. Jesús nos dijo que no podemos servir a dos señores: Dios o las riquezas, o Dios o el poder. Jesús no es un campanero.
Puede ser cierto que la multitud escuchaba a Jesús con gran alegría, y muchos lo seguían, pero no era asunto suyo preparar sermones con una enunciación muy mesurada y cómoda, donde era fácil imponer la censura por la prohibición inconsciente. Las consecuencias pueden conducir a la infelicidad y la honestidad desafortunada. Por lo tanto, sus sermones no eran campanas. Por ejemplo, el Evangelio de Lucas, cuyo texto también está incluido en los otros Evangelios sinópticos dice.
Mi casa es casa de oración, la habéis hecho cueva de ladrones. Esta reflexión se confirma con lo dicho al principio: agridulce. No somos inmunes a todo tipo de acidez, pero es igualmente cierto que el camino del discipulado sin ir al Maestro es el camino de Rosita. Estos últimos a lo largo de la historia han vendido y siguen vendiendo elixires de felicidad y satisfacción, pero esto es solo la mitad de la verdad: lo que dura, dura, y antes de que nos demos cuenta, estamos en un vórtice de problemas porque no hay sal de frutas para calmarlo.