Lecturas de hoy 2 de abril 2023.
Primera lectura del libro de “Isaías 50, 4-7”.
Entonces Isaías dijo: “El Señor me ha dado una sabia lengua”. Bueno para consolar a los descontentos. Usa palabras de aliento. Día tras día el Señor despierta mis oídos. Déjame escuchar como un discípulo. El Señor Dios me permite escuchar sus palabras no me resistí. No me contuve. Me acerco a los que me golpean. Desvergonzados los que me tiran de la barba. No aparté la cara del insulto y los escupitajos, pero señor ayúdame para que no me confunda. Es por eso que mi cara es dura como una roca. Sé que no tengo vergüenza.”
Salmo responsorial de hoy 21, 8-9. 17-18a. 19-20. 23-24. ¿Por qué me has abandonado? Dios mío, Dios mío.
Al verme, se burlan de mí,
hacen visajes, menean la cabeza:
Al Señor asistió, que lo ponga a salvo;
que lo libre si tanto lo quiere.
¿Por qué me has abandonado? Dios mío, Dios mío.
Me acorrala una jauría de mastines,
me cerca una banda de malhechores;
me taladran las manos y los pies,
puedo contar mis huesos.
¿Por qué me has abandonado? Dios mío, Dios mío.
Se reparten mi ropa,
echan a suerte mi túnica.
Pero tú, Señor, no te quedes lejos;
fuerza mía, ven corriendo a ayudarme.
¿Por qué me has abandonado? Dios mío, Dios mío.
Contaré tu fama a mis hermanos,
en medio de la asamblea te alabaré.
Los que teméis al Señor, alabadlo;
linaje de Jacob, glorificadlo;
temedlo, linaje de Israel.
Segunda lectura de hoy de la carta del apóstol san Pablo a los “Filipenses 2, 6-11”.
Cristo es Dios no cree que deba ceñirse a eso gozando del privilegio de su santo oficio. Pero al contrario, se vacía a sí mismo, como un camarero y vuélvete como un hombre. Por tanto, siendo uno de ellos, se humilló a sí mismo. Aceptado hasta la muerte de la obediencia, y murió en la cruz. Por eso sobre todo Dios lo exaltó y le dio un nombre sobre todas las palabras. Por lo tanto, todas las rodillas se doblarán en el nombre de Jesús. En el cielo, en el abismo y en la tierra. Todos confiesan que Jesucristo es el Señor. Para la gloria de Dios Padre.
Evangelio de hoy.
Pasión de nuestro Señor Jesucristo según San “Mateo 27, 11-54”
Jesús apareció ante el gobernador Poncio Pilato, y Pilato le preguntó: “¿Eres tú el rey de los judíos?” Pilato le dijo: “¿No has oído lo que dicen contra ti?” Pero entonces no contestó, hasta en un punto que el procurador muy pasmado se quedó. En Semana de la pascua, los fiscales dieron a la turba la libertad que querían para los presos. Luego tenían un preso famoso llamado Barrabás. Entonces Pilato dijo a los que se habían reunido allí:
“¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás o a Jesús, que decía ser el Mesías?” pero entonces Pilato ya tenia conocimiento que se lo habían entregado por pura envidia. Cuando estaba sentado en la corte, su esposa le dijo: “No confundas al justo, porque hoy sufrí mucho por él en mi sueño”. Mientras tanto, el sumo sacerdote y los ancianos convencen a la multitud para que exija la liberación de Barrabás y la ejecución de Jesús. Entonces, cuando el fiscal les preguntó: “¿A cuál de estos dos quieren que libere?”, dijeron: “Barrabas”.
Pilato les habla y dice: “Jesús, que se hace así llamar como el Mesías, ¿Y yo qué haré?” Todos respondieron: Crucifícale. Pilato preguntó: “¿Pero qué ha hecho mal?” Pero cada vez más fuerte, ellos alzaban la vos gritando: “¡Crucifícalo!” Lávate las manos frente a la multitud y di: “No soy responsable de la muerte de este justo. Aquí estás”. Y entonces todos ellos dijeron unánimemente: “¡Que su sangre sobre nosotros sea, y también sobre nuestros hijos!” Entonces Pilato soltó a Barrabás.
En cambio, Jesús lo azotó y lo entregó para que lo crucificaran. Los soldados del acusador llevaron a Jesús al palacio del gobernador y reunieron a todo el batallón a su alrededor. Entonces lo desnudaron, y luego lo vistieron con un manto morado, una corona tejieron que es de espinas y se la pusieron en la cabeza; una caña pusieron en su mano de la derecha, y se arrodillaron ante él, y se burlaban de él, diciendo: ¡Viva el rey de los judíos! antes de escupirle.
Luego le quitaron la pipa de las manos y lo golpearon en la cabeza con ella. Cuando terminaron de burlarse de él, lo despojaron de su túnica, lo vistieron y lo crucificaron. Entonces al salir, en Cirene a un hombre encontraron, llamado Simón, lo forzaron a llevar la cruz. Cuando llegaron al Calvario, o “el lugar del Calvario”, le dieron a beber a Jesús vino mezclado con hiel. Lo probó pero no quiso beberlo. Los que lo crucificaron le partieron la ropa, tiraron los dados y se sentaron a mirarlo. En su cabeza escribieron el motivo del juicio: “Este es Jesús, el Rey de los judíos”.
Crucificaron junto con él a dos ladrones, uno del la derecha y otro hacia el costado izquierda. Con insulto lo transeúntes lo insultaban, la cabeza sacudían y gritaban: “¡Tú que el templo destruiste y lo edificaste en solo tres días, entonces sálvate a ti mismo! Si en verdad eres Hijo de Dios, de la cruz desciende”. Los que son escribas, los principales sacerdotes, y también los ancianos de él se burlaban, hablando: A salvado a otros, pero a el a sí mismo no pudo salvarse. Si fuera el rey de Israel, que descienda de la cruz, y le creeremos.
“Creía en Dios, y si realmente lo amaba, Dios debe salvarlo ahora, porque dijo: ‘Soy el hijo de Dios. Incluso el ladrón crucificado junto a él lo blasfemó. Desde el mediodía hasta las tres de la tarde todo el país estuvo a oscuras. Como alrededor de las tres de la tarde alzo la vos Jesús: “Eli, Eli, lema de “Sabachtani”, significa: “Dios mío, Dios mío” ¿Por qué me has dejado desamparado?” Él dijo: “Su nombre es Elías”.
Uno de ellos inmediatamente corrió a buscar una esponja, la empapó en vinagre y la cargó en una caña y le entregó un vaso de agua. Pero otros le dijeron: “No hagas eso. A ver si Elías viene a su rescate. Jesús volvió a llorar y murió. Aquí todos se arrodillaron y hubo un momento de silencio. Y entonces la cortina del santuario en dos se rasgó, desde arriba hacia abajo, y entonces las rocas se partieron y la tierra tembló.
Los sepulcros se abrieron, resucitaron bastantes muertos que son justos, y después de la resurrección de Jesús, entraron en la ciudad santa y se aparecieron a mucha gente. En cuanto a ellos, los oficiales que custodiaban a Jesús y los que custodiaban a Jesús con él se aterrorizaron al ver el terremoto y lo que había sucedido, y dijeron: “Verdaderamente este es el Hijo de Dios”.
Reflexión del de la pasión de cristo:
La Pasión de nuestro Señor Jesucristo según San Mateo 27, 11-54 es un relato conmovedor y lleno de simbolismos. En él, se narra cómo Jesús es juzgado, condenado y crucificado por los sumos sacerdotes y los ancianos, a pesar de que Pilato, el procurador romano, no encuentra culpa en él. La multitud, manipulada por los líderes religiosos, pide la liberación de Barrabás y la muerte de Jesús, quien es humillado y torturado por los soldados romanos antes de ser llevado al lugar de la crucifixión.
Jesús soporta todo esto en silencio, sin defenderse ni protestar, cumpliendo así la profecía del Siervo Sufriente de Isaías. Es un ejemplo de humildad, paciencia y amor incondicional. También es un ejemplo de la injusticia y la violencia que sufren los inocentes cuando los poderosos abusan de su autoridad y manipulan a la gente para sus propios intereses.
La escena de la crucifixión es especialmente dramática, con Jesús siendo crucificado junto a dos ladrones y siendo objeto de burlas e insultos de la multitud. Pero incluso en medio de su sufrimiento, Jesús perdona a sus verdugos y ora por ellos, mostrando una vez más su amor y compasión por toda la humanidad.
Este relato nos invita a reflexionar sobre nuestra propia actitud ante la injusticia y el sufrimiento. ¿Somos como los sumos sacerdotes y la multitud, que se dejan manipular por los poderosos y condenan a los inocentes? ¿O somos como Jesús, que acepta su sufrimiento con humildad y perdona a sus enemigos? En un mundo lleno de conflictos, violencia e injusticia, la Pasión de Jesús nos recuerda la importancia de la compasión, la empatía y el amor incondicional hacia nuestros semejantes.
