¡Oh al Sagrado Corazón de Jesús, desgarrado en el Cielo!
Dios mío, estás solo. Solo por 20 siglos. Solo hoy. Solo en Getsemaní.
Solo en tu dolor. Como en aquellos dia del abandono, el frío del dolor, el frío de la falta de confianza y de amor. Frío y soledad en el jardín… Frío y soledad en la carpa.
Los pueblos de hace dos mil años y los pueblos del mundo de hoy han olvidado al Maestro, que nos hizo sus amigos, que nos considera hermanos. Tú, Dios mismo, te hiciste pequeño.
Tú, maestro, hombre de Dios, has vuelto a ser olvidado por todos los que pretendemos ser tus testigos, que te seguimos, pero nos hemos quedado dormidos. ¡Calentamos! Una vez más, no rezamos… como en el pasado… No os acompañamos y corregimos los pecados que han desgarrado vuestro Sagrado Corazón con el pecado. Por todo, oh Dios, perdóname.
¡Te amo, querido Jesús!
Amado Corazón misericordioso de Jesús, dame tu luz, despierta en mí el ardor de amor que soy, y que cada latido se guarde en el sagrario del encuentro, para que lo salve encontrándolo en la Eucaristía. pan de molde. Y así vives dentro de mí y siempre puedo decirte que sí. Amén, adoremos al Señor en el tabernáculo de reunión, y meditemos especialmente en todo lo que nos ha dado, y también en nuestra falta de limosna.
Reflexiones sobre la oración al Sagrado Corazón de Jesús
Muchos católicos tienen un fuerte deseo de experimentar más intimidad con Jesucristo. Este deseo puede derivarse de nuestra lectura de la Sagrada Escritura, de las enseñanzas de la Iglesia y de la oración. El Evangelio de Lucas afirma que Jesús quiere que nos acerquemos a Él: “Jesús los miró y les dijo: “¿De qué os preguntáis? Pedid y recibiréis; buscad y encontraréis; llamad y se os abrirá la puerta’.
Ellos le preguntaron: Al mirar a todos, ¿concluimos que buscan a Dios? Él les dijo: ¿Qué puede dar alguien a cambio de la vida de una persona? Vale más que todo lo demás”. (Lucas 16:25-28) En su oración inicial al Santísimo Sacramento el Miércoles de Ceniza, el Papa Francisco destaca lo importante que es rezar a Jesucristo como nuestro amigo íntimo.
Al profundizar en la oración, uno es capaz de crecer más cerca de Dios mientras seguimos viajando en la gloria con Jesús a lo largo de la eternidad. Exploremos algunas reflexiones sobre la oración al Sagrado Corazón de Jesús.
Desde el Corazón
Cuando nos acercamos al Corazón de Jesucristo, experimentamos un nuevo tipo de intimidad y relación con él. En el Corazón, Dios y el hombre son uno. El Corazón, de hecho, es el centro y la fuente de la que fluye todo el amor. El Corazón es el foco central de la vida espiritual, y sin él, nuestras otras actividades espirituales son como los intentos de sacar agua de un pozo sin un cubo.
El Corazón es el lugar donde Dios se deja conocer, amar y obedecer. Jesús es una persona, pero también es el corazón de la Iglesia. Necesitamos experimentar ambos aspectos del Corazón Divino. Para los cristianos, el Corazón de Jesús es la fuente de nuestra fe, nuestro amor y nuestra esperanza. Cuando nos acercamos al Corazón de Jesús, experimentamos un nuevo tipo de intimidad y relación con él.
Orar con confianza
Rezar con confianza es una gran ventaja cuando quieres acercarte a Jesús. Puede ser difícil acercarse a Dios con confianza cuando tenemos dudas sobre si somos o no amados y aceptados por Dios. La Iglesia Católica enseña que experimentamos el amor de Dios a través del sacramento de la Confirmación. La Confirmación es un sacramento que fortalece nuestra fe y nos ayuda a tener más confianza para rezar a Dios.
La confianza también puede ser reforzada a medida que crecemos en nuestro amor por Jesús. Cuando experimentamos una mayor intimidad con él, también ganamos un amor más profundo por él. Este amor se refleja en nuestra confianza al buscar su voluntad para nuestras vidas y para la Iglesia.
Conclusión Nuestra respuesta:
La práctica de acercarse a Jesucristo a través de la oración frecuente es otra forma de crecer en el Corazón Divino. Jesús quiere que crezcamos cerca de él, que nos acerquemos a él. El Sagrado Corazón de Jesús es nuestro punto de acceso directo a él. A través de la oración frecuente, nos acercamos a Jesús y experimentamos una relación más personal e íntima con él.
En su primera audiencia general del año, el Papa Francisco se centrará en el Sagrado Corazón de Jesús y en la necesidad de acercarse a él. Este es un tema apropiado para el nuevo año. También es un tema apropiado para el nuevo Papa. El Papa Francisco es un hombre que tiene una habilidad excepcional para acercarse a Jesús.