Séptima Semana de Pascua:
Lecturas de hoy 14 de mayo 2024.
Primera lectura de hoy del libro de los Hechos de los ‘apóstoles 1, 15-17. 20-26’.
En aquellos días, Pedro se presentó entre los hermanos y dijo: “Hermanos míos, es necesario que se cumpla esta Escritura en la que el Espíritu Santo precedió y predijo por boca de David a Judas, quien los instruía. Quien arrestó a Jesús. Él está en nuestro equipo y ha sido llamado a servir con nosotros. Viene en el Libro de los Salmos: Quede desolado el lugar de su morada, y nadie habitará en él. Deja que alguien más ocupe tu lugar. Por lo tanto, deben participar con nosotros los que presenciamos la resurrección de Jesús, los que estuvieron con nosotros cuando Jesús vivió con nosotros, desde el bautismo de Juan hasta el día de su ascensión.
Luego sugirieron a dos personas: José Barsaba, apodado “El Justo”, y Matías, y comenzaron a orar de la siguiente manera: “Señor, tú que conoces el corazón de todas las personas, por favor muestra a cuál de estas dos personas escogió Dios para interpretar este papel”. Canción. Ministerio Pastoral y Apostólico del cual huyó Judá para regresar a su hogar. Echaron suertes, le tocó el turno a Matías y lo vincularon con los once apóstoles.
Salmo responsorial de hoy 112, 1-2. 3-4. 5-6. 7-8. El Señor lo sentó al lado de los príncipes de su pueblo.
Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre.
El Señor lo sentó al lado de los príncipes de su pueblo.
De la salida del sol hasta su atardecer,
alabado sea el nombre del Señor.
El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
El Señor lo sentó al lado de los príncipes de su pueblo.
¿Quién como el Señor, Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra?.
El Señor lo sentó al lado de los príncipes de su pueblo.
Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo.
Evangelio de hoy:
Lectura del santo evangelio según san ‘Juan 15, 9-17’.
En aquel momento, Jesús les comunicó a sus seguidores: “Tal como el Padre me ama, así los amo yo. Les insto a permanecer en mi amor. Si siguen mis enseñanzas, permanecerán en mi amor, de la misma manera que yo sigo las enseñanzas de mi Padre y permanezco en su amor. Les he transmitido estas palabras para que mi gozo esté en ustedes y para que experimenten una felicidad completa.
Este es mi mandato: que se amen mutuamente como yo los he amado. No hay mayor muestra de amor que sacrificar la vida por los amigos. Si ustedes hacen lo que les indico, son mis amigos. Ya no los considero siervos, pues un siervo no comprende las acciones de su amo; los llamo amigos porque les he compartido todo lo que mi Padre me ha revelado.
No fueron ustedes quienes me eligieron, fui yo quien los seleccionó y los designó para que produzcan frutos duraderos, a fin de que el Padre les conceda todo lo que pidan en mi nombre. Por tanto, les encomiendo este mandato: que se amen unos a otros”.
Reflexión sobre Juan 15, 9-17
- Amor Divino y Humano: Jesús expresa un amor divino que trasciende hacia sus seguidores, invitándolos a permanecer en ese amor a través de la obediencia a sus mandamientos. Esta relación de amor refleja la conexión íntima entre Jesús y su Padre, que se manifiesta en la relación con sus discípulos.
- Mandato de Amor Fraterno: El mandamiento central de Jesús es el amor mutuo, modelado en su propio amor sacrificado. Este amor no se limita a palabras, sino que se manifiesta en acciones, incluso hasta el punto de dar la vida por los amigos.
- Amistad y Confianza: Jesús cambia el término de “siervos” por “amigos”, indicando una relación más profunda y de confianza. Esta amistad se fundamenta en la revelación íntima de Jesús sobre la voluntad divina y la misión de sus seguidores.
- Elección y Propósito: Jesús subraya que la iniciativa de seguirlo no viene de los discípulos, sino de su propia elección. Los llama a un propósito específico: dar fruto duradero, que se logra a través de una vida arraigada en el amor.
- Oración y Bendición: Jesús promete que la comunión con él llevará a una respuesta divina a sus peticiones, fortaleciendo así la confianza en su nombre.