XXX semana del Tiempo ordinario:
Lecturas de hoy 31 de octubre 2023.
Primera lectura de hoy de la carta del apóstol san Pablo a los ‘Romanos 8, 18-25’.
Hermanos: Creo que los sufrimientos de esta vida no se pueden comparar con la gloria que un día se revelará en nosotros; porque toda la creación espera con confianza e impaciencia la revelación de la gloria de los hijos de Dios. La creación sufre ahora el caos no por su propia voluntad, sino por la voluntad de quienes la conquistan, al mismo tiempo que le da la esperanza de que ella también será liberada de la esclavitud de la corrupción y será parte de la gloriosa libertad.
Los hijos de Dios. De hecho, sabemos que hasta el día de hoy toda la creación gime y pasa por trabajos de parto. No sólo ella, sino también quienes tenemos las primicias del Espíritu Santo suspiramos en el corazón con la esperanza de que nuestra condición de hijos de Dios, es decir, la redención de nuestros cuerpos, pueda realizarse plenamente. Porque la salvación ya es nuestra, pero su plenitud sigue siendo nuestra esperanza. Esperar por algo que ya tienes no es esperanza, porque ¿cómo puedes esperar por lo que ya tienes? En cambio, si esperamos algo que aún no tenemos, debemos tener paciencia y esperar.
Salmo responsorial de hoy 125,1-2ab.2cd-3.4-5.6. El Señor ha estado grande con nosotros.
Cuando el Señor hizo volver a los apresados de Sion,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.
El Señor ha estado grande con nosotros.
Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos».
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.
El Señor ha estado grande con nosotros.
Recoge, Señor, a nuestros cautivos
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.
El Señor ha estado grande con nosotros.
Al ir, iba llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelve cantando,
trayendo sus gavillas.
Lectura del santo evangelio según san ‘Lucas 13, 18-21’.
En ese tiempo, dijo Jesús: ‘¿A qué se asemeja el Reino de Dios?’ ¿Con qué podré compararlo? Se asemeja a la semilla de mostaza que un hombre cultivó en su huerta; creció y se convirtió en un arbusto grande y entonces los pájaros anidaron en sus ramas”. Y de nuevo dijo: ‘¿Con qué podré comparar el Reino de Dios? Con la levadura que una mujer mezcla con tres medidas de harina y que toda la masa hace fermentar’.
Reflexión del Evangelio según San Lucas 13, 18-21:
La lectura del Santo Evangelio según San Lucas 13, 18-21 nos presenta dos parábolas poderosas que Jesús utilizó para ilustrar el concepto del Reino de Dios. Estas parábolas nos invitan a reflexionar sobre la naturaleza del Reino divino y su impacto en nuestras vidas.
- La semilla de mostaza: Jesús compara el Reino de Dios con una pequeña semilla que crece y se convierte en un arbusto grande que brinda refugio a los pájaros. Esta parábola nos enseña que, aunque el comienzo del camino es modesto, el Reino de Dios se desarrolla y se convierte en algo significativo. En nuestras vidas, esto puede recordarnos que incluso las acciones pequeñas y aparentemente insignificantes pueden tener un impacto duradero.
- La levadura y la harina: En esta parábola, Jesús compara el Reino de Dios con la levadura que hace fermentar la masa. La levadura es un agente de cambio que transforma la masa en algo más grande y sabroso. Esto nos habla de la influencia transformadora del Reino de Dios en nuestras vidas, que nos impulsa a crecer y madurar espiritualmente.
Estas parábolas nos desafían a considerar cómo el Reino de Dios puede influir en nuestras vidas y cómo, a través de pequeños actos de fe y transformación, podemos experimentar un crecimiento significativo y una mayor plenitud espiritual. Es una reflexión que nos anima a ser semillas de mostaza y levadura en el mundo, contribuyendo a la expansión del Reino divino. Te invitamos a escuchar un bonito canto…