Evangelio Del Día Lecturas de hoy 6 de julio 2023

Lecturas de hoy 6 de julio 2023

por LaFeCatolica

XIII semana del Tiempo ordinario:
Lecturas de hoy 6 de julio 2023.
Primera lectura de hoy del libro del ‘Génesis 22, 1-19’.

En ese momento, Dios probó a Abraham. Dile: ‘¡Abrahán!’. Respondió: ‘Estoy aquí’. Dios dijo: ‘Coge a tu único hijo, tu amado hijo Isaac, y dirígete a la tierra de Moría y ofrécemelo en la montaña que te mostraré’. Abraham se levantó temprano en la mañana, ensilló el asno, tomó dos sirvientes y su hijo Isaac con él. Cortó leña para el matadero y luego fue a donde Dios le mostró. Al tercer día, Abraham miró hacia arriba y vio un lugar a lo lejos. Abrahán le dijo a su sirviente: ‘Permanece aquí con el niño, el asno y yo iremos allí a adorar y después volveremos contigo’.

Abraham dio leña para el holocausto a su hijo Isaac, que tenía fuego y un cuchillo. Ambos caminaban uno al lado del otro. ‘Le dijo Isaac a su padre’ Abraham: ‘Oveja’. Respondió: ‘Aquí estoy, hijo mío’, dijo el niño: ‘Tenemos leña, y también fuego pero’ ¿Pero dónde está el cordero para el sacrificio?’ Abrahán respondió: ‘Dios nos dará un cordero para el holocausto’, ‘hijo mío’. Siguieron caminando juntos. Cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, Abraham edificó allí un altar, apiló las vigas, ató a su hijo Isaac y lo colocó sobre las vigas del altar.

Entonces Abraham cogió el cuchillo para así matar a su único hijo. ‘Entonces el ángel del Señor le hablo desde el cielo y le dijo’: ‘¡Abraham, Abraham!’ Respondió: ‘Estoy aquí’. El ángel le ordenó: No toques a este chico ni le hagas nada. Ahora doy testimonio de que temes a Dios, porque no has salvado a tu hijo, a tu único hijo”. Abraham miró hacia arriba y vio el carnero clavado en los arbustos detrás del cuerno. Fue y ofreció un carnero en holocausto en lugar de su hijo. Abraham llamó a ese lugar “el Señor vio”, por lo que todavía se llama “el Señor vio”.

‘El ángel del Señor le hablo a Abraham desde el cielo por segunda ocasión y le dijo’: ‘Por mí mismo te juro’, ‘oráculo del Señor’: ‘esto ha causado porque tu no me as negado tu único hijo’, te bendeciré y haré que tu descendencia se multiplique como la arena en la tierra y como las estrellas en el cielo. tu hijos y nietos conquistarán las puertas del enemigo. En tu descendencia serán bendecidas todas los pueblos de la tierra, porque tu has escuchado mi voz. Abraham volvió a su sirviente y fueron juntos a Beerseba, donde se quedó Abraham en Beerseba.


Salmo responsorial de hoy 114. Me dirigiré en comparecencia del Señor en el país de la vida.

Amo al Señor, porque escucha
mi voz suplicante,
porque inclina su oído hacia mí
el día que lo invoco.
Me dirigiré en comparecencia del Señor en el país de la vida.
Me envolvían redes de muerte,
me alcanzaron los lazos del abismo,
caí en tristeza y angustia.
Invoqué el nombre del Señor:
«Señor, salva mi vida».

Me dirigiré en comparecencia del Señor en el país de la vida.
El Señor es benigno y justo,
nuestro Dios es compasivo;
el Señor guarda a los sencillos:
estando yo sin fuerzas, me salvó.
Me dirigiré en comparecencia del Señor en el país de la vida.
Arrancó mi alma de la muerte,
mis ojos de las lágrimas,
mis pies de la caída.
Caminaré en presencia del Señor
en el país de los vivos.


Lectura del santo evangelio según san ‘Mateo 9, 1-8’.

En ese momento, Jesús volvió a subir a la barca y cruzó al otro lado del lago a su ciudad de Cafarnaúm. En el proceso, lo llevaron paralizado en una camilla. Al ver la fe de personas como Jesús, le dijo al paralítico: “No te preocupes, hijo mío. Tus pecados te son perdonados”. Cuando algunos de los escribas oyeron esto, pensaron para sí mismos: “Este hombre habla blasfemias”. Jesús sabía lo que estaban pensando y les dijo:

¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones? ‘¿Qué es lo más fácil decir?’: ‘Tus pecados te serán perdonados’, o decir: ‘Levántate y anda’ Para que conociereis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para así perdonar los pecados, y entonces al paralítico dijo: Levántate, coge la camilla y vete a tu casa. entonces se levantó y se fue a casa. Al ver esta escena, la gente se llenó de miedo y alabó a Dios que ha dotado a las personas con tanto poder.


Reflexión sobre el Evangelio según San Mateo 9, 1-8:

En este pasaje del Evangelio, vemos cómo Jesús demuestra su poder y autoridad para perdonar pecados y sanar al cuerpo y al alma. La historia narra cómo Jesús llegó a Cafarnaúm, su ciudad, después de cruzar el lago en una barca. La gente se aglomeraba alrededor de él para escuchar sus enseñanzas y presenciar sus milagros.

En ese momento, un grupo de hombres llevó a un paralítico postrado en una camilla ante Jesús. Lo que más llamó la atención de Jesús fue la fe de estos hombres que creían en su poder para sanar y perdonar. Viendo esta fe, Jesús se dirigió al paralítico con palabras llenas de amor y esperanza: “Ten confianza, hijo. Se te perdonan tus pecados”.

Estas palabras de perdón causaron revuelo entre algunos escribas, quienes acusaron a Jesús de blasfemar. Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, les planteó una pregunta: “¿Qué es más fácil: decir ‘Se te perdonan tus pecados’ o decir ‘Levántate y anda’?”. Con esto, Jesús dejó claro que su poder para perdonar pecados y sanar cuerpos estaba unido, mostrando que su misión iba más allá de lo meramente físico.

Para demostrar su autoridad divina, Jesús se dirigió nuevamente al paralítico y le ordenó que se levantara, tomara su camilla y regresara a su casa. Ante la mirada atónita de la multitud, el hombre se levantó instantáneamente y caminó, experimentando una curación tanto espiritual como física.

Esta historia nos enseña varias lecciones importantes. En primer lugar, nos muestra que la fe en Jesús y su poder de perdón y sanación son fundamentales para recibir su gracia. Asimismo, Jesús no solo ve nuestras necesidades físicas, sino también nuestras heridas espirituales. Él desea liberarnos del pecado y la culpa que nos paralizan.

Además, la reacción de los escribas nos recuerda que a veces podemos ser rápidos para juzgar y dudar del poder de Dios. Sin embargo, Jesús nos invita a confiar en Él plenamente, sabiendo que su amor y misericordia son inmensos.

Finalmente, la reacción de la multitud glorificando a Dios resalta la importancia de dar testimonio de los milagros y obras que Dios realiza en nuestras vidas. Nuestra transformación y sanación deben llevarnos a alabar y dar gracias a Dios, permitiendo que otros también experimenten su amor.

Hoy, en nuestra vida diaria, podemos sentirnos como aquel paralítico en la camilla, con nuestras limitaciones, heridas y pecados. Pero este pasaje nos recuerda que Jesús está siempre presente, dispuesto a perdonarnos y sanarnos. Nos invita a levantarnos y seguir adelante con esperanza, llevando con nosotros el testimonio de su amor y poder sanador.

Que este Evangelio nos anime a confiar plenamente en Jesús, acercarnos a Él con fe y experimentar la maravilla de su amortransformador. Reconozcamos nuestras necesidades de perdón y sanación, y acerquémonos a Jesús con humildad y confianza, sabiendo que Él tiene el poder de perdonar nuestros pecados y restaurar nuestras vidas.

En medio de nuestras ocupadas vidas, a menudo olvidamos nuestra necesidad de perdón como pecadores. Sin embargo, Dios nos recuerda nuestras faltas y está dispuesto a sanarnos y ayudarnos a mejorar. A través de Cristo, podemos buscar el perdón y experimentar la restauración espiritual y física. Agradecidos por su amor, nos acercamos al sacramento de la confesión para permitir que Jesús cure nuestras almas. Reconocemos nuestras deficiencias y nos comprometemos a cambiar con la ayuda de Dios, entendiendo que su amor no tiene límites.

Así como Jesús sanó al paralítico, también nos invita a levantarnos de nuestras limitaciones y caminar en su amor y gracia. Nos desafía a creer en su poder transformador y a confiar en que podemos experimentar una verdadera libertad en él.

En este pasaje del Evangelio, vemos cómo Jesús trae sanidad física y espiritual a aquellos que confían en él. También nos muestra que no hay pecado que sea demasiado grande para ser perdonado por su gracia y que su poder para sanar va más allá de lo físico, alcanzando las profundidades de nuestra alma.

Que este pasaje del Evangelio nos inspire a confiar plenamente en Jesús, a creer en su poder sanador y a buscar su perdón. Reconozcemos que necesitamos su gracia y misericordia en nuestras vidas. Que podamos ser testigos de su amor y poder transformador, glorificando a Dios en todo lo que hacemos.

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