Hoy 28 de junio celebramos al santo de hoy, en la historia de la Iglesia Católica, la figura de los santos y papas ha dejado un legado invaluable. Uno de ellos es San Pablo I, cuyo impacto trasciende los límites del tiempo. Este santo papa, conocido por su afabilidad y misericordia, destacó por su entrega a los enfermos pobres y su defensa de la fe ortodoxa. En este artículo, exploraremos la vida y el legado de San Pablo I, destacando sus acciones y contribuciones durante su papado.
La Vida y el Papado de San Pablo I
San Pablo I nació en una fecha desconocida y falleció en Roma el 28 de junio de 767. Era hermano de Esteban II y ambos fueron educados para el sacerdocio en el palacio Laterano. Tras la muerte de Esteban II, San Pablo I fue elegido como su sucesor el 29 de mayo de 757, obteniendo una amplia mayoría.
Durante su papado, San Pablo I continuó la política de su antecesor en relación al rey franco Pipino, manteniendo la supremacía papal sobre Roma y los distritos de Italia central. Pipino envió una carta al pueblo romano instándolos a permanecer fieles a San Pedro, y el senado y el pueblo de Roma respondieron urgendo al rey franco a completar la extensión de la provincia romana arrebatada a los bárbaros.
Además de su labor política, San Pablo I se destacó por su incansable ayuda a los enfermos pobres. Por las noches, en silencio y con gran discreción, visitaba las casas de los enfermos, brindándoles asistencia y consuelo. Su caridad y compasión hacia los más necesitados le valieron el reconocimiento y la admiración de aquellos a quienes ayudaba.
El Defensor de la Fe Ortodoxa
San Pablo I también fue un defensor ferviente de la fe ortodoxa. Envió cartas a los emperadores Constantino y León, instándoles a restituir el culto a las sagradas imágenes. En una época en la que se desataba una controversia sobre el uso de imágenes en la Iglesia, San Pablo I defendió su importancia y valor como medio de expresión y veneración.
Además, San Pablo I demostró su devoción por los santos y su legado. Se preocupó por trasladar los cuerpos de los mártires desde cementerios en ruinas hasta el interior de la ciudad, en los diversos títulos y monasterios. Estos traslados se realizaron en medio de himnos y cánticos, honrando así la memoria de aquellos que habían dado su vida por la fe.
El Legado Duradero de San Pablo:
El legado de San Pablo I trasciende su tiempo y su papado. Su ejemplo de humildad, misericordia y defensa de la fe ortodoxa sigue siendo relevante en la actualidad. Su incansable labor en favor de los enfermos pobres.