Los hermanos Cenobio y Tiranio fueron profetas de Cristo. Los nombres de los hermanos significan “renovado” o “elegido de nuevo” en griego. El santo obispo Cenobio fue martirizado. El nombre Tyrannus también significa cruel o tirano en latín. Sin embargo, hoy lo recordamos como santo porque vivió durante uno de los periodos más sangrientos del Imperio Romano: la persecución de los cristianos.
Muchas personas fueron asesinadas por su fe y perseguidas por otros cristianos debido al odio y la persecución. Si echamos la vista atrás en la historia, la mayoría de las guerras religiosas han comenzado por diferencias sobre religión: por ejemplo, cuando los musulmanes invadieron tierras cristianas y se apoderaron de iglesias y santuarios, o cuando los judíos atacaron lugares santos cristianos en represalia por los ataques antisemitas contra ellos. A menudo, estos conflictos se libran para que un grupo no gane más poder que otros.
Santos Tiranio Y Cenobio mártires
En la iglesia católica también celebra St. Tiranio y Cenobio, obispo de Tiro, que observo lo que es la la victoria de los mártires y los animó, pero después de seis años fue hecho prisionero y desterrado junto con S. Cenobio de Tiro a Antioquía. San Cenobio era un médico y también sacerdote a la misma ves, de la ciudad de Sidón. Tiranio fue arrojado al río Orantes después de ser brutalmente torturado y Cenobio murió en una horca. De manera similar, algunos cristianos egipcios que se establecieron en Palestina y otros en Tiro demostraron paciencia y firmeza en su fe. Después de innumerables palizas que soportaron con gran paciencia, fueron arrojados a las bestias mas salvajes.
Pero cuando las bestias aparecían en la arena, en vez de comer o destruir a los mártires, se alejaban de ellos sin tocarlos, y daban la espalda a los vencedores y a quienes les rodeaban. Esta acción se repitió varias veces, aunque los torturadores intercambiaron dos veces a los animales y obligaron a los cristianos a agitar los brazos para provocar a los animales. Después de muchos intentos inútiles con varios animales, los santos finalmente fueron decapitados y sus cuerpos arrojados al mar. Otros que se negaron a hacer ofrendas a los dioses serían golpeados hasta la muerte, quemados y asesinados de diversas maneras.