Lecturas de hoy sábado 27 de agosto 2022
Primera lectura de hoy de la carta de San Pablo a los Corintios 1, 26-31.
Hermanos: Consideren que entre todos ustedes, los que han sido considerados y llamados por Dios, que no hay muchos tan sabios, ni muchos tan poderosos, ni muchos que son nobles, según los criterios de los humanos. Pues Dios ha elegido y considerado a los que son ignorantes de este mundo, para humillar a los que son sabios; a los que son débiles del mundo, para avergonzar a los que son fuertes; a los insignificantes y a los despreciados del mundo, es decir que, a los que no valen nada de nada, para tratar de reducir a la nada a los que valen; de una manera que nadie logre presumir delante de Dios.
En tal efecto, por la obra de Dios, todos ustedes están incrustados en Cristo Jesús, a quien Dios lo hizo a nuestra sabiduría, lo hizo nuestra justicia, nuestra santificación y también nuestra redención. Por tal cual, como lo dice la Escritura: El que se gloría, que en el Señor se gloríe.
Salmo responsorial de hoy 32 12-13. 18-19. 20-21. Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad.
Que dichosa el pueblo cuyo Dios es el Señor,
la nación que él Señor, se escogió como heredad.
El Señor observa desde el cielo,
su mirada está en todos los hombres.
Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad.
Quien lo teme, los ojos del Señor están puestos en ellos,
y en los que aguardan en su misericordia,
para que puedan librar sus vidas de la muerte
y serán resucitados en tiempo de hambre.
Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad.
Y nosotros esperamos al Señor:
él es quien nos ayuda y nuestro escudo;
y en él se alegra nuestro corazón,
en su santo nombre estamos confiados.
Evangelio de hoy 27 de agosto 2022
Lectura del santo evangelio según san Mateo 25, 14-30
En aquellos tiempos, Jesús habló y les dice a sus discípulos esta parábola: “El Reino de los cielos es tan igual a un hombre que se va de viaje a unas tierras lejanas; y entonces llamó a sus servidumbre que son de confianza y les encargó sus bienes. A uno d ellos le dio cinco talentos; y a otro, dos de ellos; y al tercero, uno, según la capacidad que tiene cada uno, y luego se fue a su viaje.
El que obtuvo los cinco talentos se dirigió enseguida a tratar de negociar con ellos y logro ganar otros cinco. El que obtuvo dos trato de hacer lo mismo y también ganó otros dos. Y en cambio, el que obtuvo un talento hizo un hueco en la tierra y entonces allí escondió el dinero de su Señor.
Y después de tanto tiempo transcurrido, regresó aquel hombre y los llamó y se puso hacer las cuentas a sus servidores.
Se acercó el primer que había recibido cinco talentos y le presentó a su Señor otros cinco, y dice: ‘Señor, cinco talentos me dejaste; aquí tienes otros cinco, que he ganado’. Y su señor le dice: ‘Te felicito, siervo que eres bueno y fiel. Puesto que has sido muy fiel en cosas de tan poco valor, te confiaré mis cosas de valor. Entra y comparte con la alegría de tu señor’.
Y luego se acercó el que había recibido los dos talentos y le dice: ‘Señor, dos talentos me has dejado; mira aquí tienes otros dos que gane, que con ellos he ganado’. Su señor le dijo: ‘Te felicito mucho, siervo que eres bueno y fiel. Puesto que has sido tan fiel en cosas que no tienen mucho valor, te confiaré las cosas de valor. Entra y se parte en la gran alegría de tu Señor’.
Y finalmente, se aproximó el que había recibido un gran talento y dice: ‘Señor, yo conocía que tu eres un hombre muy duro, que te gustaría cosechar lo que no has sembrado y luego recoger lo que no has cosechado. Por eso tuve mucho miedo y me fui a esconder tu talento de bajo de la tierra. Aquí tienes lo que es tuyo’.
Y entonces el señor le replicó y dijo: ‘Siervo que malo y tan perezoso. Conocías que cosecho lo que todavía no he sembrado y lo recojo lo que todavía no he sembrado. ¿Y por qué, entonces, no pusiste el dinero en un banco, para que cuando yo regresara, recibiera yo el dinero con intereses? Arrebátenle el talento que recibió y dénselo al siervo que tiene diez. Pues al que sí tiene se le otorgará y le sobrará; pero al que tiene tan poco, se le arrebatara aun con eso tan poco que tiene. Y con este hombre inservible, mejor sáquenlo fuera, a las tinieblas. Allí será su llanto y su desesperación.
Comentario del evangelio de hoy
Esta parábola del evangelio de hoy, es un llamado a responsabilizarse, de la inestabilidad y de no tener miedo a correr riesgos. Los dos personajes, por amar al dador del regalo, deben asumir sus responsabilidades, y el otro, por no comprender el amor del dueño, es pasivo e indiferente a este amor. No te arriesgues. Los tiempos han cambiado, las circunstancias han cambiado, por eso la gente tiene que arriesgarse, y hacer lo mismo una y otra vez no es bueno política, social y sobre todo religiosamente.
Por nuestro llamado a los creyentes, estamos llamados a correr riesgos, a no adaptarnos haciendo siempre lo mismo, a no adaptar nuestro lenguaje o etiqueta a las circunstancias en las que vivimos. Lo encontró. La misión de Jesús es transmitir la buena nueva de Dios Padre en cada momento de la historia, que debe ser fuente de motivación, horizonte y esperanza para todo ser humano. De nada sirve vivir en el pasado si no podemos transmitir algo significativo a los hombres y mujeres de hoy. No cambiar nada, no hacer nada diferente, no significa que seamos leales a Dios.
