Homilía del Corpus Christi:
Lecturas de hoy 2 de junio 2024.
Primera lectura de hoy del Libro del ‘Éxodo 24, 3-8’.
En aquellos días Moisés bajó del monte Sinaí y contó al pueblo todo lo que el Señor le había dicho y los mandamientos que les había dado. El pueblo respondió a una sola voz: “Todo lo que el Señor diga, haremos”. Moisés escribió todas las palabras de Dios. Temprano en la mañana, construyó un altar al pie del monte y colocó junto al altar doce piedras conmemorativas, que representaban a las doce tribus de Israel.
Algunos de los jóvenes del pueblo de Israel mando a que ofrecieran holocaustos y que sacrificaran terneros como ofrendas de paz hacia el Señor. Tomó la mitad de la sangre, la puso en un frasco y derramó la otra mitad sobre el altar. Luego cogió el libro del pacto y se lo leyó al pueblo. La gente dijo: Obedecemos. Realizaremos todo lo que el Señor nos a mandado hacer. Moisés roció la sangre sobre el pueblo y dijo: “Esta es la sangre del pacto que el Señor ha hecho con vosotros, conforme a las palabras que habéis oído.
Salmo responsorial de hoy. 115, 12-13. 15 y 16bc. 17-18: La copa de la salvación, alzaré, clamando tu nombre, Señor.
¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre.
La copa de la salvación, alzaré, clamando tu nombre, Señor.
Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles.
Yo soy, Señor, tu siervo, hijo de tu esclava
rompiste mis cadenas.
La copa de la salvación, alzaré, clamando tu nombre, Señor.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos,
en presencia de todo el pueblo.
Segunda lectura de hoy de la carta a los ‘Hebreos 9, 11-15’.
Hermanos: Cuando Cristo se presentó como el Sumo Sacerdote que nos trae la riqueza absoluta, entró para siempre en el “Lugar Santísimo”, a través de una tienda hecha sin manos, que no es de nadie. Esta creación. Él no llevó sangre de animales, sino la sangre de sí mismo, mediante la cual nos proporcionó la redención eterna. Porque si la sangre de los machos cabríos y de los becerros y las cenizas de las vacas rociadas sobre los inmundos pudieron dar a los hijos de Israel una pureza legal, sólo externa, entonces la sangre de Cristo lo hará.
¿Hasta qué punto podremos purificar nuestras conciencias de toda presa? Para que podamos adorar al Dios vivo, porque con la inspiración del Espíritu Santo, él se presentó a Dios como sacrificio puro, y por medio de él puede purificar nuestras conciencias de acciones que llevan a la muerte, para que sirvamos a Dios vivo. Así, Cristo es mediador de una nueva alianza. Con su muerte perdonó los pecados cometidos bajo el Antiguo Pacto, para que aquellos a quienes Dios había llamado pudieran recibir la herencia eterna que les había prometido.
Evangelio de hoy:
Lectura del santo Evangelio según San ‘Marcos 14, 12-16. 22-26’.
El primer día de la Fiesta de los Panes sin Levadura, mientras se sacrificaba el cordero pascual, los discípulos le preguntaron a Jesús: “¿Adónde quieres que vayamos a prepararte la Pascua?” A dos de ellos les dijo: “Vayan a la ciudad. Encuentran a un hombre cargando una jarra de agua. Síguelo y dile al dueño de la casa en la que estás entrando: El Maestro me mandó que preguntara: ¿Dónde está el aposento donde como la Pascua con mis discípulos? ¿Le mostrará una habitación en el segundo piso que esté completamente amueblada? Con sofá. Hicimos la cena allí.
Entonces los discípulos salieron y entraron en la ciudad, encontraron lo que Jesús había enseñado y prepararon la cena de Pascua. Mientras Jesús comía, tomó el pan, dio gracias, lo partió, se lo dio a sus discípulos y dijo: «Esto es mi cuerpo. Y en su mano tomo el cáliz de vino, dando gracias y se lo dio a todos y bebieron y les dijo: “Esta es mi sangre del pacto, que por todos es derramada”. Os aseguro que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día en que beba vino en el reino de Dios. Luego de cantar el himno, se dirigieron hacia el Monte de los Olivos.
Reflexión sobre el Evangelio según San Marcos 14, 12-16. 22-26:
El pasaje del Evangelio según San Marcos 14, 12-16. 22-26 nos introduce en el corazón de la última cena de Jesús con sus discípulos, un evento crucial en la tradición cristiana. Este relato no solo rememora la institución de la Eucaristía, sino que también subraya la importancia de la obediencia y la preparación espiritual.
En el primer día de la fiesta de los panes Azimos, los discípulos preguntan a Jesús dónde deben preparar la cena de Pascua. Esta pregunta muestra su disposición a seguir las instrucciones de su Maestro, lo cual es fundamental para cualquier creyente. Jesús les da una serie de instrucciones específicas, que ellos siguen al pie de la letra. Esta obediencia refleja la confianza en la guía divina y la fe en que Dios siempre provee los medios necesarios para cumplir Su voluntad.
Durante la cena, Jesús instituye la Eucaristía, un acto de profunda significación teológica. Al declarar “Esto es mi cuerpo” y “Ésta es mi sangre”, Jesús establece un nuevo pacto con la humanidad, simbolizando su sacrificio por la redención de los pecados. Este momento es central para la fe cristiana, pues invita a los creyentes a participar en el sacrificio de Cristo y a renovar su compromiso con Dios.
Finalmente, al cantar el himno y salir hacia el monte de los Olivos, Jesús y sus discípulos nos recuerdan la importancia de la oración y la alabanza en los momentos cruciales. Este acto de alabanza precede a los eventos dolorosos de la Pasión, subrayando la necesidad de fortaleza espiritual y comunión con Dios en tiempos de prueba.
Reflexión:
Este pasaje del Evangelio nos invita a reflexionar sobre nuestra disposición a seguir las instrucciones divinas, la importancia de la Eucaristía en nuestra vida espiritual y la necesidad de mantener una actitud de oración y alabanza, incluso en los momentos difíciles. Nos desafía a renovar nuestro compromiso con Dios y a vivir de acuerdo con los principios del nuevo pacto instaurado por Jesús.