La Natividad del Señor:
Lecturas de hoy 25 de diciembre 2023.
Primera lectura de hoy del libro de ‘Isaías 52, 7-10’.
¡Qué lindo es ver correr sobre los montes al mensajero que pregona la paz, al mensajero que la buena nueva trae, que pregona la salvación, que dice a Sión: ‘Tu Dios es rey‘! Oye: Tus centinelas levantan la voz y todos a una gritan alborozados, porque observan con sus propios ojos al Señor, que regresa a Sión. Prorrumpan en gritos de gozo, ruinas de Jerusalén, porque el Señor rescata a su pueblo, consuela a Jerusalén. Descubre el Señor su santo brazo a la mirada de todas las naciones. observara la tierra entera la salvación que se aproxima de nuestro Dios.
Salmo responsorial de hoy 97, 1bcde. 2-3ab. 3cd-4. 5-6. Los confines de la tierra la salvación han contemplado de nuestro Dios.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas.
Su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo.
Los confines de la tierra la salvación han contemplado de nuestro Dios.
El Señor da a conocer su salvación,
revela a las naciones su justicia.
Recordó su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel.
Los confines de la tierra la salvación han contemplado de nuestro Dios.
Los confines de la tierra han contemplado
la salvación de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad.
Los confines de la tierra la salvación han contemplado de nuestro Dios.
Tañed la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor.
Segunda lectura de hoy de la carta a los Hebreos 1, 1-6′.
En distintos momentos, Dios habló a nuestros antepasados a través de los profetas en muchas ocasiones y de muchas maneras. Durante este tiempo, Dios nos habló a través de Su Hijo, a quien nombró heredero de todas las cosas y creó el universo. El Hijo es la luz de la majestad de Dios, la imagen fiel del ser de Dios y el conservador de todas las cosas por la palabra de su poder.
Él mismo fue limpiado del pecado y se sentó a la diestra de la gloria de Dios, exaltado sobre los ángeles, y exaltado es su nombre de Hijo. ‘¿Y a cuál de los ángeles Dios dijo’: ‘¿Eres tú mi Hijo?’ ¿Te di a luz hoy? ¿O le dijo Dios a un ángel: “Yo seré su padre y él será mi hijo”? Además, en otro pasaje, cuando dio a luz a su hijo primogénito, dijo: “Adórenle todos los ángeles de Dios”.
Evangelio de hoy:
Lectura del santo evangelio según san ‘Juan 1, 1-18’.
En el principio era la palabra. El Verbo estaba con Dios y era Dios. Él estuvo con Dios desde el principio. Y a través de él surgieron todas las cosas. Sin él, nada de lo que existe podría haber comenzado. Él era la vida, y la vida era la luz del hombre. la luz brilla en la oscuridad, la oscuridad lo rechazó. Había un hombre llamado Juan, enviado por Dios. He venido a presenciar esta luz, por él todos creyeron.
La luz no era el, sino que un testigo de la luz. Era una luz real, ilumina a todos los nacidos en este mundo. Esto es lo que pasó en el mundo, él creó el mundo pero el mundo no lo reconoció. Llegó a su casa, pero no lo recibieron. Pero a todos aquellos que lo reciben les otorgo el poder de poder llegar a ser hijos de Dios. Para aquellos que creen en este nombre, no nacido de sangre, no por lujuria, no por avaricia humana, pero son nacidos de Dios. Y el Verbo se hizo hombre. Y vivió entre nosotros. Hemos visto su gloria gloria a Él como Hijo único del Padre, está lleno de gracia y verdad.
Juan el Bautista testifica sobre él de la siguiente manera: “Quise decir lo que dije: “El que viene detrás de mí será mayor que yo. Porque él estuvo allí antes que yo. De su integridad todos hemos recibido gracia sobre gracia. Porque Moisés dio el mandamiento y la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. Nadie ha visto jamás a Dios. El único hijo en brazos de su padre, el es quien lo abrió.
Reflexión del evangelio de san Juan 1, 1-8:
El evangelio de Juan 1, 1-18 nos presenta a Jesucristo como la Palabra eterna y divina que existía con Dios desde el principio. Esta Palabra es la fuente de toda vida y la luz que brilla en las tinieblas del mundo. Juan el Bautista, un mensajero de Dios, vino a dar testimonio de esta luz, Jesucristo. Aunque fue rechazado por su propio pueblo, aquellos que lo recibieron y creyeron en su nombre fueron bendecidos con el don de convertirse en hijos de Dios.
La Palabra se encarnó en Jesucristo y vivió entre nosotros, revelando su gloria llena de gracia y verdad. Aunque nadie ha visto a Dios, Jesucristo, el Hijo unigénito, lo ha revelado a la humanidad.
En resumen, este pasaje del evangelio de Juan nos invita a reconocer a Jesucristo como la luz del mundo, la fuente de vida y la revelación de Dios. Nos llama a recibirlo y creer en él para vivir en la luz de su verdad y convertirnos en hijos de Dios. Es una reflexión profunda sobre la divinidad y la humanidad de Jesucristo y la salvación que ofrece a aquellos que creen en él.