La oración a nuestro Señor Jesucristo es una de las oraciones más comunes dentro del cristianismo católico. Esto es debido a que representa la máxima autoridad dentro de la divinidad cristiana.
Jesucristo, el hijo del Dios viviente, es un ser misericordioso y que está atento a nuestras oraciones y a nuestro clamor a Él para responder. Por lo tanto, las oraciones que te dejaremos aquí te ayudarán a tener una guía para elevar tu oración ante Él y esperar por su pronta respuesta en tu favor.
Oración a nuestro Señor Jesucristo
Por el poder de la santa cruz,
Y por tu sacrificio glorioso,
Hoy me acerco ante tu presencia mi Señor Jesucristo,
Profundamente agradecido por tu gran amor
Y confiando en que tú prestas atención a mi oración.
Acto de agradecimiento y entrega
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Gracias, grandioso Jesucristo por ese sacrificio en la cruz,
Gracias por tanto amor mostrado en tal sacrificio glorioso,
Ayúdame oh Dios a ser más agradable a tus ojos.
Ayúdame a tener una relación contigo en mí día a día,
Más que por conveniencia mía que sea por amor a ti.
Acto de búsqueda
A veces te busco y siento que no te encuentro,
Te clamo y siento que no me escuchas,
Pero, te pido perdón por quizás haber incredulidad o duda en mí,
Estoy acá con mi corazón dispuesto a buscarte y hallarte, hablar contigo, y sentir tu abrazo.
Mi Señor Jesucristo te necesito más que ayer, te necesito aun más en mi vida.
Necesito que seas el centro de mi vida.
Porque mis deseos humanos solo hacen que me aleje de ti.
Ayúdame oh Jesucristo mi amado, te necesito, escucha y atiende a mis rezos,
Apiádate de mis súplicas, ten misericordia de mí, recuerda que soy un mortal y frágil siervo.
Un simple siervo que necesita de su pastor, una creación necesitada de su creador.
Guía mis pasos, deseo llegar a ti, deseo seguir a la santísima trinidad,
Deseo no ser yo quien dirija mi vida, sino que seas tú que la dirija.
En el nombre del Padre, del Hijo y Espíritu Santo. Amén.
Recordando tu sacrificio en la cruz
Naciste en un pesebre y los reyes magos desde un inicio te reconocieron como rey,
Creciste y te destacaste como gran maestro y gran hacedor de milagros.
Luego te mostraste como nuestro mesías, como nuestro salvador prometido que venía a dar su vida por nosotros.
Ante tal sacrificio por amor a nosotros, solo puedo dar gracias, y tratar de siempre vivir una vida agradecida por ello.
Ante tal acto, no hay mayor muestra de amor en el mundo que se compare.
Ayúdame a nunca olvidar tal sacrificio, que gracias a ello puedo tener salvación y una relación directa contigo.
Alabado sea tu nombre por los siglos de los siglos, amén.
Petición por los hijos y familia
Oh grandioso Jesús, así como te pido más de ti, te pido también por mis hijos, y por mi familia.
Perdona sus pecados, no mires sus iniquidades.
Trae sobre mi familia tu luz admirable, que no falte el pan de cada día en la mesa, y que la salud no se aparte de su ser.
Ayúdame a dirigir mi hogar, y a ser luz en donde haya tinieblas.
Es por ello que me acerco a ti, dador de la verdadera sabiduría, y creador de la familia, no te olvides de mí y de mi familia.
Te pido mi señor Jesucristo que en los momentos de problemas, tu paz que sobrepasa todo entendimiento humano, no se vaya de sus corazones.
Te lo pido en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén.
Oremos
Mi Jesucristo todopoderoso, ante ti me presento, te suplico que llenes de tu luz, y que me llenes de tus fuerzas para seguir tu hermoso camino.
Sé mi brújula, y mi guía, y vuélveme oh Señor un humilde seguidor tuyo.
Te quiero dar gracias por todo lo que has hecho en mi vida, por aquellas veces que me ayudaste y salvaste.
Porque a veces no logro ver ni entender cuando me has ayudado sin yo pedírtelo, y mejor aún, sin yo haberme dado cuenta.
Sin ti nada soy, por eso a ti te encomiendo mi vida, mi corazón y mi mente,
Quita de mi todo lo que te desagrade, no quiero ser motivo de tristeza a tu corazón.
Amado Señor Jesucristo, lléname de tu bondad, de tu temor, más que creer, quiero amarte siempre.
Por ello, te suplico que siempre me ayudes a escuchar tu voz, entender y obedecer tu Santa palabra,
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén.
Oración final
Espero que haya sido de tu agrado estas plegarias y que inclines tu oído a tu siervo.
Mira y escudriña mi corazón porque te necesito más en mi vida.
Necesito que mi yo se reduzca más en mi ser, y seas tú el que abarque cada pensamiento en mi mente y corazón.
Jesús, mi redentor, te reconozco una vez más como mi Dios y también como mi amigo,
Ayúdame a ser misericordioso y caritativo como tú.
Ayúdame a ser de bendición al menesteroso, al pobre y al desamparado.
Perdona mis olvidos humanos, cada vez veas que me olvide de ti y de mis hermanos necesitados
Te pido que me olvide de quien soy para ti, interrumpas mi camino y me dirijas otra vez a ti.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén
Conclusión
Empezar el día con una bonita oración a nuestro Señor Jesucristo, es uno de las mejores hábitos en la vida de un cristiano. De esta manera, propicias el mantener una relación con Dios en tu día a día.
Es importante recordar que la oración no es más que una conversación, que en este caso se la estaremos dedicando a nuestro señor Jesucristo. Por ello, si gustas, no sientas temor en expresarte también con tus propias palabras y que las frases de estos rezos solo te sirvan como una guía para acercarte a Nuestro Señor Jesucristo.