Escucha y lee la proclamacion del Evangelio de S. Juan (14:21-26)
Predicando el Evangelio de S. Juan (14,21-26) Fue entonces cuando Jesús habló a sus discípulos. El que acepta mis mandamientos y los guarda, me ama; el que me ama, es amado por mi Padre, y yo lo amaré y le haré conocerme a mí mismo. Judas le dijo, no Iscariote. Señor, ¿qué ha pasado que te has revelado a nosotros en lugar del mundo? Respondió Jesús y le habló.
El que me ama cumplirá mi promesa y mi padre lo amará e iremos a él y estaremos con él. Las personas que no me aman, no mantendré mi promesa. Lo que oís no son mis palabras, sino las del Padre que me envió. Os he dicho ahora que estoy cerca de vosotros, pero en mi nombre será enviado el Consolador, el Espíritu Santo, el Padre, el que os enseñará todo, y os recordará todo lo que tengo. .Ya te dije. Espada de Dios…
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Reflexion del Evangelio de S. Juan (14:21-26)
En el Evangelio de hoy, como en todo el capítulo 14 del Evangelio de Juan, el tema del Amor es la melodía de fondo. El amor (compañero, amistad, servicio, devoción) de Jesús por cada uno de nosotros y de nosotros hacia Él. Estamos hablando de Amor, que es “cercanía”, por eso hablamos de “estar con Él”, “seguirlo”, “vivir de Él”. Amor, es también “un deber”, “que debe permanecer en su amor”.
“Si alguno me ama, mi Padre lo amará, iremos a él y viviremos en él”. Por eso es bueno confirmar que el amor a Jesús se manifiesta en algo concreto. Estas no son solo palabras bonitas. Los que aman a Jesús, demuéstrenlo guardando su palabra, que él nos pide que hagamos en el Evangelio. Tal persona es amada por el Padre.
Entonces Jesús prometió que viviría allí con el Padre. El termómetro de nuestra pertenencia y fidelidad en el futuro es fácil de entender y configurar, requiriendo poco más que un doctorado y tesis extensas y detalladas; basta con mirar quiénes y quiénes están en el centro de nuestras preocupaciones y actividades diarias. Sean testigos de Cristo Resucitado con la palabra y con la vida