Evangelio Del Día Evangelio de hoy 3 de marzo 2023

Evangelio de hoy 3 de marzo 2023

por LaFeCatolica

Lecturas de hoy viernes 3 de marzo 2023.

Primera lectura de hoy del libro de “Ezequiel 18, 21-28”.

Esto es lo que dijo el Señor: «Si un pecador se arrepiente de sus pecados» y «guarda mis mandamientos» y anda en lo que es la justicia y «practica la rectitud» , vivirá y no morirá; no me acordaré de los pecados que ha cometido, de la justicia de sus pecados, y viviré El Señor dijo: ¿Quiero la muerte del pecador, no su corrección y vida? Si el justo se aparta de su justicia y hace lo malo, su justicia no será recordada.

Por los pecados que cometió, por los pecados que cometió, morirá. Si dice: El camino del Señor no es recto, oh casa de Israel, escuchad: ¿No es recto mi camino? ¿No es injusto tu enfoque? El justo se aparta de su justicia y muere en la maldad, muere por el mal que ha hecho. Cuando un pecador se arrepiente del mal que ha hecho y hace justicia y justicia, salva su propia vida. Si te arrepientes de tus pecados, vivirás y morirás.”


Salmo responsorial de hoy 129, 1b-2. 3-4. 5-7ab. 7cd-8. Señor, ¿quién podrá resistir? si llevas cuenta de los delitos.

Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica.
Señor, ¿quién podrá resistir? si llevas cuenta de los delitos.
Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes temor.
Señor, ¿quién podrá resistir? si llevas cuenta de los delitos.
Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.
Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora.
Señor, ¿quién podrá resistir? si llevas cuenta de los delitos.
Porque del Señor viene, la misericordia,
la redención copiosa;
y Él redimirá a Israel
de todos sus delitos.


Evangelio de hoy 3 de marzo 2023.
Lectura del santo evangelio según san “Mateo 5, 20-26”.

En ese tiempo, Jesús les habló y dijo a sus discípulos: “De cierto yo os digo, que si vuestra justicia no fuera mayor a la de los escribas y fariseos, no podrán ingresar en el «reino de los cielos». Escucharon a alguno decir a los antiguos: No mates, «el asesino deberá» ser llevado ante la justicia. Pero yo les digo que cualquiera de vosotros, que se enoje contra su hermano también será juzgado; el que insulte a su hermano será puesto ante el tribunal supremo, y el que lo desprecie será puesto al «horno del castigo».

Por tanto, cuando vosotros estéis a punto de ofrecer un sacrificio, si recuerdas de que tu hermano ha expresado sus queja contra ti, deja tu sacrificio en el altar, ve primero y reconcíliate con tu hermano, y luego vuelve y sacrifica tu ofrenda. Alístate de inmediato y ve con tu oponente y ve con él, para que no te entregado al «juez y el juez» a la policía y puesto en prisión. Te lo aseguro, no saldrás hasta que hayas logrado pagar el «último centavo».


Comentario de la lectura del dia:

En el pasaje de la lectura de hoy nos dice que podríamos estar cayendo en una posición de los fariseos de intransigencia y dureza en la aplicación de una ley que puede no venir de Dios sino del propio ego, seguramente, está mal, si nuestra justicia no es mayor que la impuesta por los que presumen ser justos y fieles observadores de la ley. Convertirse en “no jueces” para nuestros vecinos es lo que debemos hacer.

No presumamos tener autoridad para condenar o incluso para juzgar al hermano. Si aplicáramos esto a nuestra vida diaria, enfrentaríamos numerosos obstáculos para lograr que Dios acepte nuestras oraciones, nuestras ofrendas y nuestras propias limosnas si continuamos albergando animosidad hacia un hermano en nuestras mentes y corazones. Es común escuchar a la gente decir: “Yo perdono, pero no olvido”, lo que implica que el perdón no se ha expresado en su totalidad y que todavía hay un conflicto sin resolver entre nosotros.

Bajo estas circunstancias, no estamos listos para que Dios nos escuche. Jesús lo pone desafiante para nosotros porque podríamos estar albergando un pequeño grano de arena vengativa en lo profundo de nuestras almas, posiblemente perdido en la sentina. Para acercarnos a Dios, también debemos hacer un esfuerzo para limpiar a fondo el sótano de nuestro barco.

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